La importancia de promover el hábito de la lectura


La comunicación digital, la interacción en redes sociales y la puesta en práctica de innumerables aplicaciones de entretenimiento multimedia, ha hecho que los adolescentes y jóvenes releguen o menosprecien el hábito de la lectura.

En los libreros de muchos hogares nicaragüenses existen verdaderas joyas que en su momento han pasado de generación en generación pero que en la época de los "millennials" han caído en franco desuso y hasta deterioro.

El libre acceso a las nuevas tecnologías ha hecho que en Internet abunden diferentes estudios y nuevas versiones de obras literarias de gran importancia cultural, cuya fidelidad ha sido muchas veces vulnerada en comparación con los documentos físicos editados por sus legítimos autores.

La lectura de dichas obras, tanto literarias como de consulta (enciclopedias, atlas ilustrados, diccionarios y libros de sexualidad) continúa siendo indispensable tanto para el aprendizaje o enriquecimiento de nuestro vocabulario, como para el desarrollo personal en general explorando nuevas formas de vida, riquezas culturales, estructuras lingüísticas entre otros beneficios.

En los tiempos actuales por eso resulta indispensable que padres y madres de familia desde la infancia cultiven en sus hijos el hábito de la lectura, que fomenten en ellos la necesidad de mostrarles a través de este pasatiempo el infinito universo de posibilidades que solo encontraremos en la lectura.

Algunos maestros, sostienen que los primeros hábitos de aprendizaje se siembran en el hogar y, si los niños y jóvenes no ven leer a sus padres, no pueden imitar este ejemplo. También, mencionan la necesidad de poner límites a la cantidad de horas de televisión, chat o navegación por la red que consume el adolescente.

Una de las formas para estimular la lectura en los jóvenes, desde la perspectiva de sus padres, es tener en cuenta sus gustos y opiniones, no es un hábito que se deba forzar pero sí fomentar partiendo de sus intereses, recomendándoles lectura apropiada para cada edad y exponerles con ejemplos cuáles serán sus beneficios en el corto, mediano y largo plazo.

Otra estrategia podría ser incorporándoles a talleres de lecturas o incentivándoles a participar en actividades de este tipo.