Lorenzo Vega/ VOS TV

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El joven que palmea entre 700 a 800 tortillas al día, en un barrio de Managua

Joel Bonilla López aprendió a elaborar uno de los principales bastimentos de los nicaragüenses, a los 10 años de edad, motivado por sus tías de crianza.


Cuando el gallo canta y empiezan a salir los primeros rayos del sol, Joel Bonilla López ya está bien bañado, listo para iniciar su faena diaria, en la mesa de madera y frente al fogón para palmear decenas de tortillas, uno de los bastimentos preferidos por los nicaragüenses y que llegan a los hogares del barrio Altagracia en Managua.

El joven capitalino, de 25 años de edad, es de los pocos varones que se dedica a estas labores en Nicaragua, un arte que aprendió a sus cortos 10 años, de la mano de sus tías de crianza y que hoy forma parte de su día a día.

"Desde los 10 años mi tía insistía en que yo tenía que ayudarles, al principio no me gustaba pero de a poco perfeccione mis técnicas y logre hacer la primera tortilla", recuerda.

Su inspiradora historia ha acaparado la atención de la ciudadanía en redes sociales, tras la publicación de un video de TikTok en el que explica como se debe elaborar la tortilla y sin titubeo cuenta un poco de su historia.

"No pensé que mi video tendría tanto alcance y gente felicitándome por la labor que hago", cuenta.

Joel desde los 10 años vende tortillas en las calles del barrio Altagracia en Managua, donde a la fecha conserva buena clientela.

"Lo que me ponían a vender, yo lo vendía, recorría las calles del barrio Altagracia, pasaba la Parroquia, el parque, en fin, ya era el mismo recorrido, en la mañana hacíamos las tortillas y ya a las 12 del mediodía salía a vender", menciona.

Este joven trabajador hace dos semanas junto a su tía de crianza lograron alquilar un lugar en el barrio Altagracia, donde han diversificado este pequeño negocio, porque además de tortillas, ofrecen leche agria, frito y cuajada.

"Estamos incluso trabajando con algunos negocios de pollos en el sector, que en dependencia de como vaya la venta nos encargan de 80 a 100 tortillas", comenta Carolina Bonilla, tía de Joel.

Pero el sueño a futuro de Joel es tener su propio negocio, donde pueda ofrecer una infinidad de productos, además de sus tortillas.

Actualmente, este obrero de la tortilla tiene su pequeño negocio que alquila, en el barrio Altagracia, de la Escuela María Mazzarelo, una cuadra al sur.

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