Imagen referencial / Cortesía

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Profesionales del vino afectados por pérdida del olfato y el gusto debido al covid

Las mujeres son las más afectadas (54%) frente a los hombres (46%),


Casi 38% de los profesionales del vino que perdieron el gusto o el olfato debido al covid-19 tienen dificultades para ejercer su profesión, según una investigación publicada el miércoles con datos de 37 países, entre estos Chile.

"¿Cómo puede un músico tocar sin su violín?", se preguntó Didier Fages, presidente de la Unión de Enólogos de Francia, durante la presentación por videoconferencia del estudio.

"Es un verdadero hándicap profesional, una doble pena", corroboró Pierre-Louis Teissedre, vicepresidente de este sindicato, recordando que además de perder sus sentidos, los profesionales del vino pierden "su instrumento de trabajo".

La Unión de Enólogos interrogó a 2.625 profesionales en 37 países, especialmente en Francia (73% de los participantes) así como en Chile, Italia o Suiza. En su mayoría, eran enólogos, pero también productores, sumilleres y propietarios de bodegas.

Entre estos, 2,7% habían contraído el covid-19, de los cuales 68% habían perdido el olfato y 56% habían sufrido alteraciones del gusto.

Del total de estas personas afectadas, un 7% no había recuperado en absoluto su olfato o su gusto en el momento de la publicación del informe, una cifra "terrible", según Teissedre.

Las mujeres son las más afectadas (54%) frente a los hombres (46%), en cuanto a los problemas olfativos. 67% de las mujeres declaran que la enfermedad tuvo un impacto en su oficio, frente a 33% para los hombres.

Sophie Pallas, directora general del sindicato francés, para quien "la nariz es un instrumento de decisión diario", tras contraer el covid en enero, no sintió "el alcohol ni la acidez". Era como si le hubiesen "amputado la sensación de placer".

El vino "no sabía a nada", afirmó por su parte Philippe Faure-Brac, presidente de la Unión de Sumilleres de Francia. El mejor sumiller del mundo de 1992 recuerda una "sensación de madera" en la boca, "limitada a los sabores fundamentales", que se prolongó durante varias semanas.

A raíz del estudio, la Unión de Enólogos preconizó reconocer la anosmia (pérdida del olfato) y disgeusia (alteración del sentido del gusto) como enfermedades invalidantes y priorizar la vacunación de los profesionales del vino, entre otras medidas.

La investigación fue elaborada entre mayo y julio de 2020 mediante un cuestionario elaborado por médicos especialistas.