Desigualdad laboral sigue siendo un tema pendiente en Nicaragua.

Desigualdad laboral sigue siendo un tema pendiente en Nicaragua.

Persiste desigualdad laboral en las empresas nicaragüenses

La equidad laboral sigue siendo un tema pendiente en Nicaragua a pesar de contar con políticas que buscan involucrar en las labores a las féminas en igual porcentaje que los hombres.


Aunque estamos en pleno siglo XXI, la desigualdad laboral persiste en los puestos de las empresas y Nicaragua no es la excepción.

En este sentido el género femenino es el más afectado a pesar de ser el recurso humano más productivo.

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Lo que se ha creado con la figura de la mujer es un “estigma” y no solo está pasando en Nicaragua, es en toda América Latina donde existe el machismo. Por ser mujer, no significa que no pueda hacer las mismas funciones del hombre, pero existen sus excepciones y es cuando se requiere de fuerza física, expresa María José Canales, especialista en Talento Humano.

El tema salarial es otra de las barreras que enfrentan las mujeres a diario, a pesar de tener las cualidades y aptitudes para desempeñar un puesto gerencial o administrativo.

La mujer ya está rompiendo esa barrera porque con el tiempo se ha demostrado que el ejercer un puesto gerencial ha representando hasta más efectivo que la figura del hombre, indica Canales.

A pesar que las instituciones en Nicaragua se rigen por la política 50/50 implementada por el gobierno central, todavía queda mucho por hacer y lograr que las mujeres y hombres accedan, en igualdades de condiciones, al mercado laboral.

OIT: Las mujeres siguen teniendo menos posibilidades que los hombres de participar en el mercado laboral

Según el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Avance global sobre las tendencias del empleo femenino 2018, la tasa mundial de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo (de 48.5 por ciento en 2018) sigue estando 26.5 puntos porcentuales por debajo de la tasa de los hombres.

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Además, la tasa de desempleo de las mujeres para 2018 (6.0 por ciento) es alrededor de 0.8 puntos porcentuales más alta que la de los hombres. Estos datos indican que por cada diez hombres que trabajan, sólo seis mujeres están empleadas.

Mujeres con demasiada frecuencia en trabajos informales

El informe muestra además que las mujeres enfrentan importantes déficits en la calidad del empleo.

Por ejemplo, en relación a los hombres, las mujeres siguen teniendo el doble de probabilidades de ser trabajadoras familiares no remuneradas.

Esto significa que ellas contribuyen a la empresa familiar orientada al mercado, pero con frecuencia están sujetas a condiciones de empleo vulnerables, sin un contrato escrito, sin que se respetan las leyes del trabajo o los convenios colectivos.

Mientras que en los países emergentes la proporción de mujeres trabajadoras familiares no remuneradas ha disminuido en la última década, en los países en desarrollo sigue siendo alta, 42 por ciento del empleo femenino en 2018, frente a 20 por ciento del empleo masculino, sin señales de mejora para 2021.

Como resultado, las mujeres siguen estando sobre representadas en el empleo informal en los países en desarrollo.