Empate indigno entre "Canelo" Álvarez y Gennady Golovkin


En una fecha especial para todos los latinos, Sául "Canelo" Álvarez se midió ante Gennady Golovkin en la que sería la "pelea del año" en Las Vegas. Esperando a los mejores pesos medios de la categoría, en un combate "saca chispas", la decisión fue una burla absurda, sin sentido para nadie. "Canelo" ganó los dos primeros asaltos, pero luego de ese lapso, Golovkin se convirtió en triple G, ese tipo que no piensa en nada y es capaz de derribar montañas e imponer su condición. Si alguien quiere definir a Golovkin en esa pelea, debe hacerlo de esta manera: intensidad, orgullo, mejores condiciones, gallardía y sobre todo, las ganas de demostrar que él es el mejor y así fue, salvo la opinión de los réferis, una vez más ante la necesidad de un héroe falso que nadie cree en sus historias. Un empate, una daga clavada en el corazón de los que aún seguimos el boxeo, solo muestra que esto es un negocio, y el esfuerzo de hombres como Gennady Golovkin no vale nada, su sudor y su sacrificio solo sirven para tirar al cesto de la basura, así como cuando se bota la envoltura de un producto que te promete calidad, pero causa risa al saber de su mentira. Eso es el boxeo hoy en día, una burla popular.