Imagen referencial / Cortesía

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Jóvenes y mujeres son los más afectados por el desempleo causado por el coronavirus

Más del 16% de los jóvenes carece de empleo debido a la pandemia del coronavirus


Más del 16% de los jóvenes no trabaja desde el inicio de la pandemia de Covid-19, revela un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que asegura que la juventud se ve afectada de forma desproporcionada por los efectos económico-sociales de la emergencia sanitaria.

El “Observatorio de la OIT: Covid-19 y el mundo del trabajo” señala también que las horas laborales de los jóvenes que han conservado el empleo han disminuido un 23%.

También indica que el incremento rápido y sustancial del desempleo juvenil registrado a partir de febrero afecta más a las mujeres que a los hombres.

El informe advierte que la pandemia tiene un triple impacto en los jóvenes ya que, además de destruir sus trabajos, impacta su educación y formación y llena de obstáculos el camino de los que buscan entrar al mercado de trabajo o cambiar de empleo.

Para reactivar la economía y la esfera laboral, la Organización Internacional del Trabajo urge a los gobiernos a aumentar el testeo para detectar los casos de Covid-19 y el rastreo de contactos, destacando ejemplos como el de Corea del Sur e Islandia, donde se ha invertido en técnicas eficientes de detección que cuestan menos del 1% de su PIB.



El director general de la organización sostuvo que donde se realizan pruebas rigurosas, los mercados de trabajo van mejorando.

“En los países donde ha habido testeo y rastreo, la reducción de las horas de trabajo ha sido de un 7% aproximadamente, mientras que en los que hay pruebas y rastreo menos intensivos, esa cifra se eleva a 14%”, explicó Guy Ryder en la conferencia de prensa virtual para presentar el informe.

La OIT reporta que, en los países con un sistema sólido de pruebas y rastreo, la disminución media de las horas de trabajo es inferior por tres razones: las pruebas y rastreo reducen la dependencia en las medidas de confinamiento estrictas; promueven la confianza de los ciudadanos y, en consecuencia, estimulan el consumo y apoyan el empleo; y contribuyen a minimizar la interrupción de las actividades en el lugar de trabajo.

Además, las pruebas y el rastreo pueden por sí mismas crear nuevos empleos, si bien temporales, que pueden estar dirigidos a los jóvenes y a otros grupos prioritarios.



Según los datos de la OIT, los trabajadores del continente americano son los que más han sufrido el impacto económico de la pandemia en cuanto a horas de trabajo, con una baja de 13,1% a partir de abril. En afectación siguen los empleados en Europa y Asia Central con 12,9%.

Ryder subrayó que esta información coincide la Organización Mundial de la Salud de que América Latina es el actual epicentro del COVID-19.

La OIT detalla que en 2019 la tasa mundial de desempleo juvenil alcanzaba un 13,6% y era más alta que la de cualquier otro colectivo. En ese entonces, 267 millones de jóvenes en el mundo no trabajaban ni recibían educación o formación profesional.

Además, los jóvenes de entre 15 y 24 años que estaban empleados, desempeñaban trabajos mal remunerados, estaban en el sector informal o eran trabajadores migrantes.

El director general de la OIT aseveró que si no se toman medidas inmediatas y significativas para mejorar la situación de ese grupo de población, el legado del coronavirus afectará durante décadas a toda la sociedad.