Foto Walkiria Chavarría.

Foto Walkiria Chavarría.

Hambruna amenaza zonas rurales del norte de Nicaragua

En Matagalpa, productores reportan pérdidas de hasta el 90% en sus cosechas.


El hambre amenaza las zonas rurales del norte del país. El huracán Iota arrasó con más del 90 por ciento de la producción agropecuaria en dicha región, desde granos básicos hasta perecederos, según el relato de familias productoras que pertenecen al Movimiento Comunal.

San Isidro, en Matagalpa, es uno de los municipios más afectados en el departamento. Ahí el huracán acabó con los cultivos de maíz, frijol y sorgo, informó el productor Freddy Martínez.

En ese municipio, en las comunidades de San Andrés, El Bocón y Llano del Boquerón, el área de siembra de 270 manzanas se perdió en un 90 por ciento, según Martínez. En esa área del cultivo el rendimiento que se esperaba era un promedio entre 14 y 15 quintales por manzana.

“Qué significa, pues que de los 4,050 quintales esperados, entonces, la pérdida viene siendo 3,645 quintales, estamos hablando del 90 por ciento de pérdidas. Eso tiene un gran costo de inversión porque la gente lo hace de manera empírica con sus conocimientos ancestrales haciendo algunos usos óptimos de lo que hay en la comunidad y el costo de inversión anda más o menos unos 6,000 córdobas por manzana”, dijo el productor.

Con el paso del huracán Eta, 140 manzanas de cultivo de frijoles en el municipio de Wiwilí, en el departamento de Jinotega, resultaron afectadas en un 50 por ciento debido a la crecida de ríos y deslaves de tierra, pero con el huracán Iota la pérdida se elevó a 80 por ciento, indicó la productora Marlin Haydeé Rodríguez.

“Como 60 manzanas de maíz quedaron arrasadas porque quedaron enterradas, hay como 65 manzanas de café que también por los deslaves fueron destruidas”, expresó.

Roger Centeno, quien también es productor e integrante del Movimiento Comunal en Sébaco, departamento de Matagalpa, afirmó que la realidad que se vive en su comunidad La Labranza por el paso del huracán Iota no dista en mucho de otras comunidades del norte, pues en ese lugar al menos 200 manzanas de frijol se dañaron en un 80 por ciento y de 150 manzanas de maíz se perdió el 75 por ciento.

Los afectados demandan al gobierno medidas urgentes para evitar una nueva crisis humanitaria por la falta de alimentos en esas regiones, ahí la mayoría de familias productoras también perdieron sus animales domésticos como cerdos, gallinas, vacas, los que también era una fuente de alimento.

“Pedimos ayuda a las organizaciones porque hemos quedado con deudas que se hacen para hacer la siembra en los cultivos y le pedimos al gobierno que nos ayude porque esto es bastante grave”, suplicó Centeno.

Al respecto, Martínez indicó que debido a que los productores ya no cuentan con las ganancias que esperaban generar con sus cosechas por las pérdidas cuantiosas que les dejó Iota, “algunos piensan en migrar hacia otras zonas de Nicaragua buscando otras alternativas como es la siembra de apante, en el caso de la parte norte de Matagalpa”.

Miriam Navarrete, productora que pertenece a la Cooperativa Paz y Unidad de Wiwilí en Jinotega, solicitó al gobierno que se busquen mecanismos para que puedan acceder a créditos con facilidades de pago a largo plazo porque la mayoría de productores en su zona “quedaron sin nada”.

Pero la comida no es lo único que escasea en estas zonas, también el agua potable, pues las fuentes de abastecimiento están contaminadas tras el paso de los dos recientes huracanes, también les preocupa que el repunte de enfermedades respiratorias y diarreicas en esta zona agrave la crisis que ya enfrentan estas familias.