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Pólizas de seguros poco conocidas ganan terreno en Nicaragua
Se trata de seguros de vida, microseguros, pólizas contra desastres naturales y coberturas médicas privadas.
En Nicaragua, el panorama de los seguros está experimentando una evolución silenciosa pero significativa. Más allá del seguro obligatorio de responsabilidad civil para vehículos, existen otras pólizas poco exploradas que están comenzando a captar el interés de sectores que antes no consideraban esta forma de protección.
Se trata de seguros de vida, microseguros, pólizas contra desastres naturales y coberturas médicas privadas que ofrecen una red de respaldo en situaciones críticas como accidentes, enfermedades graves o fallecimientos inesperados.
Aunque el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) sigue siendo la principal vía de protección para la mayoría de la población, según expertos, estos señalan que su cobertura es limitada frente a ciertos escenarios.
“El seguro social cubre enfermedades, accidentes laborales y pensiones, pero no contempla daños materiales por incendios, o terremotos”, advierte Emerson Acebedo, asesor de seguros.
Entre las pólizas que van ganando terreno están los microseguros de vida, diseñados especialmente para personas que no cotizan al INSS ni cuentan con un empleo formal.
Estas pólizas, con primas accesibles, cubren desde gastos funerarios hasta una compensación económica para los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado. “Son una alternativa económica que alivia a las familias cuando ocurre una tragedia. Muchas veces se evita la venta apresurada de propiedades o la interrupción de estudios de los hijos”, explicó Acebedo.
Otro tipo de pólizas
Otro tipo de póliza en auge es el seguro de vivienda, una opción que cobra relevancia en un país como Nicaragua, donde los riesgos naturales como sismos o inundaciones son frecuentes.
“Muchas familias están buscando proteger su patrimonio contra desastres. Ya existe mayor conciencia sobre la importancia de asegurar lo que con tanto esfuerzo han construido”, añadió el asesor.
Carlos Adán Rodríguez, experto en seguridad ocupacional, explica que el origen de los seguros en el país estuvo ligado a la industria, especialmente la agrícola, donde incendios en bodegas y plantaciones generaron importantes pérdidas.
A partir de ahí, las aseguradoras ampliaron su cobertura hacia otros sectores como el transporte, la construcción y las actividades profesionales.
“Hoy, conductores de empresas transnacionales cuentan con seguros internacionales que los protegen incluso fuera del país, como en El Salvador u Honduras”, comentó.
Rodríguez detalla que actualmente el mercado ofrece seguros para casi todo, desde maquinaria industrial, infraestructura, vehículos pesados, hasta seguros personales que dejan un respaldo económico a la familia en caso de la muerte del proveedor. “Sin embargo, la cultura del seguro sigue siendo débil”, enfatizó.
La brecha entre el seguro social y los seguros privados radica principalmente en la cobertura. Mientras la seguridad social brinda atención médica, pensiones y apoyo en caso de accidentes laborales, los seguros privados permiten personalizar la protección y ampliar los beneficios, aunque a un costo más alto.
“La clave está en ver estos seguros no como un gasto, sino como una inversión para proteger el futuro de nuestros seres queridos”, afirmó Rodríguez.
Pese a los avances, tanto Rodríguez como Acebedo coinciden en que falta mayor educación financiera y una cultura preventiva que incentive a los nicaragüenses a buscar estas opciones.