Foto Cortesía.

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Se eleva cifra de fallecidos en Bolivia tras protestas


Al menos ocho productores cocaleros simpatizantes del expresidente Evo Morales fallecieron la noche del viernes en Cochabamba, Bolivia, cuando policías y efectivos del ejército reprimieron con balas una manifestación organizada en apoyo al exmandatario.

Con estos fallecidos en Cochabamba ya suman 13 las víctimas fatales solo en esa localidad.

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Según Nelson Cox, representante de la Defensoría del Pueblo de Bolivia en Cochabamba, se contabilizaban 125 heridos y 110 manifestantes detenidos hasta la noche del viernes. Pero la cifra total de fallecidos es de 21 personas y unos 500 heridos desde que inició la crisis.

La ola de protestas, encabezada por partidarios de Morales, iniciaron tras su renuncia a la primera magistratura de ese país el pasado 10 de noviembre presionado por masivas movilizaciones de la oposición a nivel nacional que se extendieron por varias semanas, el amotinamiento de la policía y las presiones del ejército debido a un fraudulento proceso electoral según un informe de la Organización de Estados Americanos, OEA, en el que Morales se declaró como ganador.

"Condeno y denuncio ante el mundo que el régimen golpista que tomó el poder por asalto en mi querida Bolivia reprime con balas de las FFAA y la Policía al pueblo que reclama pacificación y reposición del Estado de Derecho. Ahora asesinan a nuestros hermanos en Sacaba, Cochabamba", señaló el exmandatario desde México, país donde se encuentra asilado.

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De acuerdo a un infome de la policía, varios efectivos del ejército y de las fuerzas de seguridad pública resultaron heridos al ser atacados por manifestantes que les lanzaron bombas molotov y a quienes también señalaron de portar armas de fuego y objetos contundentes.

En la movilización los cocaleros pretendían llegar hasta el centro de Cochabamba pero el paso les fue impedido por la policía y el ejército quienes intentaron mediar con los manifestantes, pero éstos respondieron con disturbios.

No obstante, en el informe se reconoce que las fuerzas castrenses portaban armas letales.

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el uso desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes.

A través de un comunidado, la organización hizo énfasis en que "las armas de fuego deben estar excluidas de los dispositivos utilizados para el control de las protestas sociales".