EFE

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Fieles católicos participaron en el Viacrucis Penitencial este Viernes Santo

La multitudinaria actividad se realizó tras dos años de pandemia.


Unos caminaron descalzos sobre el ardiente pavimento del verano, otros marcharon de rodillas, otros con sus ojos vendados y andando de espaldas, y hubo quienes cargaron cruces o se vistieron de ángeles durante el tradicional viacrucis penitencial, en Managua, que rememora el calvario de Jesucristo antes de ser crucificado.

Los católicos nicaragüenses revivieron las últimas horas del Nazareno en una masiva procesión que salió de las afueras de un hotel de Managua hacia la Catedral Metropolitana, en un recorrido de un kilómetro, resguardado por cientos de policías, y luego de dos años de ausencia de fieles debido a la pandemia de la covid-19.

Esta vez los devotos cargaron sobre sus hombros un cuadro con una pintura de la imagen de la Sangre de Cristo, y a sus pies, en una urna de vidrio, una imagen del rostro de esa venerada imagen calcinada el 31 de julio de 2020 en su capilla en la Catedral de Managua.

Los feligreses, muchos de ellos vestidos con ropas de color blanco, pidieron por el fin de la pandemia que afecta al mundo desde hace dos años, por la paz en Nicaragua y en el planeta Tierra en medio de la guerra que decretó Rusia a Ucrania hace casi dos meses.

MIGRACIÓN, SALUD Y FORTALEZA

Otros devotos, como Katherine Soza, que hizo el recorrido de rodillas, dijo que pidió al Señor "un mejor trabajo" para su esposo, quien migró hacia Estados Unidos.

"Yo pago promesa por mi mamá, que la tengo bien enferma, y el Señor es el que me la vive cuidando, entonces le doy gracias a Él que me la tiene con vida", dijo.

Por su parte María Jesús Rodríguez, otra promesante que iba con sus ojos vendados y caminando de espaldas hacia la Catedral de Managua y de frente a la pintura con la imagen de la Sangre de Cristo.

Luisa del Carmen Chavarría, otra promesante, se vendó los ojos y caminó descalza por un kilómetro, y una vez en el templo, lo hizo de rodillas.

"Estoy empezando a pagar promesa el día de hoy por el eterno descanso de mi papá, que tiene cinco días de fallecido, y para que el Señor me le dé la fortaleza a mi madre para salir adelante y a nuestra familia", explicó.

El sacerdote de la diócesis de Managua, Miguel Mántica, celebró la masiva participación de católicos en la procesión.

"¡Esta es la fuerza de la fe de nuestro pueblo católico!", exclamó Mántica, quien destacó que la original imagen de la Sangre de Cristo, ausente en la procesión por primera vez en "cientos de años", el pueblo católico de Nicaragua "lo lleva en el corazón".

PRIMERA VEZ SIN LA IMAGEN DE LA SANGRE DE CRISTO

El cardenal, Leopoldo Brenes, decidió que la reliquia de lo que quedó de la antiquísima imagen de la Sangre de Cristo se quedara en la Catedral de Managua para conservarla intacta.

"Esta pintura no viene a sustituir a nuestra imagen histórica calcinada por el odio", dijo Brenes, también arzobispo de Managua, el viernes pasado durante la consagración de la nueva imagen.

Traída desde Guatemala un 4 de julio de 1638, la imagen de la Sangre de Cristo, hecha de madera policromada y que fue enaltecida en un inicio como "El Señor de los Milagros", fue venerada por San Juan Pablo II en 1996, cuando se arrodilló y oró a sus pies, durante su segunda visita a este país centroamericano, de mayoría católica.

Los creyentes católicos acudieron en familia a las procesiones o versiones dramatizadas de la "pasión de Cristo", incluyendo las catorce estaciones que hizo Jesús cuando halló su muerte en la cruz, en los 153 municipios de Nicaragua.