Lizandra Jarquín González tenía 24 años cuando decidió ponerse en manos del cirujano plástico David Páramo para que le realizará una lipoescultura y un aumento de glúteos, pero nunca se imaginó que este procedimiento por el que había pagado US$3 mil dólares la llevaría a la muerte debido a una negligencia médica.

La muerte trágica de esta joven ocurrida en junio del 2016 ha dejado un vacío profundo en su familia, la que ahora continúa exigiendo justicia debido a que el responsable de este delito el pasado martes solicitó ante el Juzgado Primero de Ejecución de Sentencia un incidente de suspensión de condena.

"Todo quedó comprobado de que él (Páramo) falló, entonces yo confío en Dios primeramente y en la justicia de este país que realmente cumpla su pena, porque no lleva ni la mitad", sostuvo González.

Petición cumple con la ley, dice defensa

Mario Sandoval, defensor de Páramo, aseguró que la petición de libertad de su defendido cumple con los requisitos de ley para solicitar este beneficio pues es un reo de baja peligrosidad y sin antecedes procesales.

Además, el abogado señaló que Páramo actualmente sufre de un tumor en uno de sus hombros y no soporta las picaduras de insectos en la celda donde está recluido en el Sistema Penitenciario La Modelo.

Por el homicidio imprudente de Lizandra Jarquin el cirujano plástico fue condenado en el 2016 a 3 años de prisión.

En ese mismo año recibió una pena de 2 años de carcel por el delito de lesiones graves, en perjuicio de Alisson Molina a quien Páramo le provocó serias secuelas después de realizarle una cirugía de aumento de bustos.