La Fundación Azul Esperanza nació en 2016 / Jessica Chávez

La Fundación Azul Esperanza nació en 2016 / Jessica Chávez

Tener un hijo autista los llevó a crear una fundación para atender a niños con el mismo problema

Se estima que uno de cada 160 niños en todo el mundo tiene autismo


Descubrir que a los dos años de nacido su hijo era autista, motivó a Fátima Cortez Escobar y Ángel Flores Castillo a especializarse en el extranjero y crear en Nicaragua una fundación que atendiera a niñas y niños con este problema.

La Fundación Azul Esperanza nació en 2016, con la ilusión de brindar atención, seguimiento, acompañamiento y capacitación a los padres de familias, profesores y personas que trabajan con niños, para que puedan tratar adecuadamente a menores autistas.

Fátima Cortez Escobar, mamá de Ángel David

“La Fundación Azul Esperanza nace a raíz de la condición de nuestro hijo. Somos un matrimonio y tuvimos un hijo que nació normal, pero luego venimos viendo que Ángel David (su hijo) a la edad de dos años estaba cambiando y es ahí cuando nosotros nos comenzamos a preocupar, iniciamos a buscar médicos para que lo trataran, pero lamentablemente no encontramos solución y fue cuando decidimos buscar qué hacer y mi esposo se fue a capacitar fuera (Arkansas) después él vino y montamos la fundación”, expresó Fátima Cortez Escobar.

En la Fundación Azul Esperanza atienden sólo a niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), debido a que esta es su especialidad.

Actualmente la fundación tiene en lista a 300 niños y niñas con autismo, sin embargo solo poseen las condiciones para poder atender a 100 menores, ya que el espacio que rentan es muy pequeñito.

“Tenemos niños de Managua, Rivas, Matagalpa, León, dos niños de Bluefields, de Nagarote, Masaya y Granada”, explicó Fátima Cortez.

Este 2019 la fundación Azul Esperanza capacitó a 250 maestros de diferentes escuelas, tanto públicas como privadas, para que puedan dar una atención especializada a niños y niñas que tienen autismo.

Si usted desea apoyar a los niños de la Fundación Azul Esperanza esta Navidad puede llevar un juguete, piñatas, golosinas o lo que su corazón esté dispuesto a dar, a sus instalaciones, ubicadas del los semáforos del Zumen 2 cuadras al lago, 1 cuadra abajo.

Se estima que uno de cada 160 niños en todo el mundo tiene un TEA. De acuerdo con Ministerio de Salud (Minsa), en Nicaragua el autismo ocupa el puesto número nueve de enfermedades crónicas.