Laura Vílchez

Laura Vílchez

La historia del Trapiche “El Chistate” donde se "cocinan" cientos de atados de dulce

Santa Teresa es el principal centro de distribución de este producto.


Cuando el sol aún duerme y el canto de los gallos se empieza a escuchar, en la comunidad rural Los Potrerillos de Santa Teresa, un grupo de 16 trabajadores están en pie de lucha para iniciar su faena diaria en el Trapiche “El Chistate”, con aproximadamente 50 años de existir.

Aquí el olor a dulce se siente por doquier y de fondo el sonido de las máquinas, trituran una cantidad indefinida de varas de caña de azúcar, de donde resulta el famoso atado de dulce.

A diario se hacen aproximadamente 2,500 bolsas de este producto. Aseguran que para elaborar y saborear un rico un atado de dulce tiene que pasar por diferentes procesos que aproximadamente duran una hora.

"Primero cortamos la caña, luego la traemos al plantel en carretas de bueyes, se muele en el trapiche (molino), estos tienen un tubo donde pasa el guarapo (jugo de caña) hacia las pailas cocedoras, ahí se procesa la miel y luego pasa a los moldes donde se forma el atado de dulce", explica Pedro Mora, trabajador.

Cada templa de dulce contiene 26 latas de guarapo o más conocido como jugo de caña. Este un producto que se elabora todo el año y se consume a nivel nacional.

"Acá vienen a comprar de muchos lugares de nicaragua, Estelí, Jinotega, Masaya, este producto se mueve a nivel nacional", asegura.

Centro de distribución

Santa Teresa es el principal centro de distribución del atado de dulce, hay aproximadamente 30 trapiches. Acá se cultiva la caña de azúcar y cuando esta se acaba, se trae caña desde Chinandega.

Además, expresan que en este sitio no se pierde nada de la materia prima que utilizan.

"La misma caña produce la materia prima para cocer la miel, lo hacemos con el bagazo que es la caña exprimida", explica.

Asimismo, en este lugar se elabora el famoso alfeñique, al que le agregan diferentes ingredientes para que quede más sabroso. Recomiendan comerlo con el tibio, una tradición ancestral.

"El alfeñique con el tibio es una tradición bien tremenda, ya no necesitás echarle azúcar, podés echar el alfeñique al tibio mientras se está cociendo o te lo podés comer aparte, es algo natural", comenta.

Una de sus metas es que el lugar junto a su producto sea conocido y también promovido dentro, y fuera del país, para que las personas lleguen a visitarlos.