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Disfunción eréctil: un síntoma que revela más que un problema íntimo

Este problema puede tener múltiples causas, que se dividen en orgánicas y psicógenas.


La disfunción eréctil es un tema que muchas veces se rodea de tabúes, prejuicios y silencios, pero que afecta significativamente la calidad de vida de muchos hombres.

El Dr. Edixon Lainez, urólogo, aclara que “médicamente no la definimos como una enfermedad, sino como un síntoma de algo que está pasando en nuestro cuerpo, de alguna enfermedad y que se está manifestando en la parte de las erecciones”.

Desde el punto de vista clínico, la disfunción eréctil se define como “la incapacidad de tener una buena erección que sea capaz de permitir un acto sexual satisfactorio para la pareja”.

Es decir, no se trata solo de no lograr una erección, sino también de no mantenerla el tiempo suficiente o que esta no alcance la firmeza necesaria.

“Puede ser disfunción eréctil desde que la erección se cae en medio del acto sexual o que el miembro del hombre no alcanza una tumefacción necesaria”, explica el especialista.

La tumefacción hace referencia a la hinchazón del pene debido a la acumulación de sangre en los cuerpos cavernosos y esponjoso, lo cual es esencial para que ocurra la erección.

¿Es solo cosa de la edad?

Aunque muchos tienden a asociar esta condición con la edad avanzada, Lainez advierte que no hay una edad específica: “Muchos creen que esto es por la edad o por enfermedades crónicas, pero esto puede aparecer temprano. Sin embargo, en muchos casos, a mayor edad se va disminuyendo la erección”.

Esto se debe a que, con el paso del tiempo, factores como la circulación, los niveles hormonales y el estado general de salud pueden afectar el desempeño sexual masculino.

Causas y tratamiento

La disfunción eréctil puede tener múltiples causas, que se dividen en orgánicas y psicógenas. Entre las causas orgánicas, el urólogo incluye enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, alteraciones hormonales (bajos niveles de testosterona), consumo de alcohol, tabaco o drogas, efectos secundarios de medicamentos, y enfermedades de transmisión sexual.

Por otro lado, las causas psicógenas son más comunes en hombres jóvenes y están relacionadas con el estrés, la ansiedad, la depresión, problemas de autoestima o dificultades en la relación de pareja.

En cuanto al tratamiento, el galeno destaca que debe enfocarse en tratar la causa de fondo, ya sea física o emocional. Puede incluir cambios en el estilo de vida (como mejorar la alimentación, hacer ejercicio y dejar hábitos nocivos), acompañamiento psicológico, terapia sexual, medicamentos orales y en algunos casos, tratamientos más avanzados como terapia hormonal o dispositivos médicos.

Lo más importante es acudir a consulta para un diagnóstico adecuado y no automedicarse.