Lactancia materna, un acto lleno de amor


Desde que nacemos, nuestro corazón nos enseña amar a quien nos ha llevado por meses en su vientre, nuestra mamá. La lactancia materna es la conexión perfecta que fortalece aún más esa relación dándole un valor especial.

Tipos de lactancia

Existen muchos tipos de lactancia, que toda mamá debe conocer: Lactancia exclusiva, es la lactancia materna. Lactancia predominante, es la leche materna con agua u otros líquidos que no sean leche. Lactancia complementaria, es la leche materna con sólidos. Lactancia parcial, son los niños que reciben otro tipo de leche además de la leche materna.

Beneficios para el bebé

La lactancia materna además de ser el vínculo que une al bebé con la mamá trae consigo muchos beneficios, como tener una excelente nutrición ayudando a la maduración de su aparato digestivo. Por otra parte también evita la hiperbilirrubinemia neonatal, es decir que evita la manifestación de la coloración amarillenta de la piel. La leche materna también hace más fácil la digestión del bebé, gracias a la adecuada cantidad de grasas, proteínas y lactosa junto a las enzimas, pues es de fácil absorción y evita el estreñimiento.

Beneficios para la madre

Retracción uterina, la situación post parto estimula la producción de oxitocina. Fácil recuperación de peso, la lactancia ayuda a que las madres pierdan progresivamente el exceso de su peso. Prevención de cáncer de mama y ovarios, esto se asocia con la reducción del riesgo a estas enfermedades.

Aspecto físico y satisfacción personal, amamantar produce en la mujer una gran satisfacción, mayor autovaloración y equilibrio emocional.

A partir de los seis meses de edad, aproximadamente, el niño debe empezar a recibir una variedad de alimentos complementarios, pero la lactancia materna debe continuar hasta bien entrado el segundo año de vida y prolongarse si es posible.

“La lactancia es el cordón umbilical que nos mantiene unidos; es el amor y la sangre que corre por nuestro ser