Foto Cortesía

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La Rosario Murillo que robó el corazón de Ruben Darío

Murillo fue la segunda esposa del poeta nicaragüense.


El poeta Rubén Darío se casó por segunda vez el 8 de marzo de 1893 con la nicaragüense Rosario Emelina Murillo.

La boda tuvo lugar ocho días después de la muerte de su primera esposa, la costarricense Rafaela Contreras Caña.

La “historia de amor” entre Darío y Murillo se remonta a 1882 cuando Rosario, con casi 11 años, deslumbró por completo al autor.

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Darío, de 15 años, quedó asombrado por la piel canela de la joven, vivaces ojos y melodiosa voz.

La denominó su “garza morena”.

Mercedes era la madre de Rosario. Ella era dueña de una pensión donde se alojaban famosos funcionarios públicos, sin embargo, Darío, quien aún no era un hombre de talla internacional, se escurría por el comedor para admirar la belleza de la niña. A Mercedes le incomodaba la presencia de Darío.

No obstante, el interés del poeta emergente crecía y crecía, tanto así que llegó a plasmar en unos de sus escritos lo que sentía por Murillo.

En “Palomas blancas y garzas morenas”, Darío dice: “ah, mi adorable, mi bella, mi querida garza morena. Tú tienes en los recuerdos que en mi alma forman lo más alto y sublime, una luz inmortal. Porque tu me revelaste el secreto de las delicias divinas en el inefable primer instante del amor.

Fueron varios los factores que incidieron en la separación de la pareja: políticos, económicos, el romanticismo, que poco a poco parecía ir disminuyendo.

Murillo quedó embarazada, pero el niño no tuvo un final feliz. Mientras Rubén Darío estaba en Buenos Aires, Argentina, nace el pequeño Darío Darío, quien murió al mes de nacido de tétano. Su abuela, Mercedes, le había cortado el cordón umbilical por unas tijeras que no estaban desinfectadas.

El trabajo de Rubén lo obligaba a viajar por lo que prácticamente su relación se desarrolló a distancia. En 1899, Rubén estando en España inicia un romance con Francisca Sánchez, olvidándose así de Rosario. Pero ella no lo olvidó a él, en 1907 Murillo viaja a París (Francia) para reclamarle sus derechos como su legítima esposa. Viven por un tiempo juntos, pero Darío retorna a Nicaragua para pedir el divorcio: no logró concretarlo.

En 1915, con Darío ya gravemente enfermo, lo cuida y atiende en sus últimos momentos, hasta el día su muerte el 6 de febrero de 1916.

Finalmente, Rosario Emelina Murillo falleció el 23 de junio de 1953 en Managua.

Con información de El Nuevo Diario.