
Yohany López
Quetzaltnahuatl celebra 40 años en los escenarios con majestuosa presentación
Bailarines fundadores sorprendieron al público y animaron a las nuevas generaciones.
La Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío vibró con fuerza, color y tradición al recibir al Gran Ballet Quetzaltnahuatl, una agrupación que celebró sus 40 años de vida artística con una puesta en escena, simplemente inolvidable.
Desde el primer compás hasta el último aplauso, el espectáculo fue un viaje sensorial por las raíces más profundas del folclore nicaragüense, combinando danza, música y simbolismo en una ejecución impecable que emocionó al público de principio a fin.
En dicha puesta en escena no solo festejaron cuatro décadas de trayectoria, sino que reafirmaron su lugar como uno de los pilares culturales del país, mostrando vestuarios vistosos, coreografías vibrantes y un elenco entregado con el alma, lo que se convirtió en un homenaje viviente a la identidad nacional.
Al ser consultado su director, William Herrera, si en sus inicios hubiera imaginado ser quien dirigiría a la agrupación, manifestó que jamás lo pensó y mucho menos tener la calidad y compromiso con el que hoy cuentan.
"Estoy entusiasmado porque el Quetzaltnahuatl se ha fortalecido, cada año entra un semillero de adolescentes y jóvenes y esa es mi labor, un trabajo en pro del arte y la cultura", expresó Herrera.
Los fundadores
Xilonem Martínez, bailarina fundadora de la agrupación, fue invitada pata esta conmemorativa gala y dice que el sentimiento de regresar al teatro es "inexplicable".
"Durante el ensayo vimos un video y tener esa retrospectiva me hace entender y recordar que para mí el grupo marcó un principio de vida", añadió Martínez, que también es maestra y coreógrafa de forma independiente.
Si de coreografías se trata, el baile de Húngaras, fue una de las piezas que más marcó los años de artista de Henry Centeno, quien bailó por unos 20 años con el Quetzaltnahuatl y hace unos siete años se retiró.
"Estoy feliz, emocionado, que junto a las nuevas generaciones podemos marcar sus vidas de forma considerable", dijo previo a la gala artística.
El programa
La gala fue ideada justamente realizando un recorrido histórico por nuestras raíces indígenas, etapa de la resistencia, colonización e inquisición de la tradición religiosa hasta realizarse el mestizaje de culturas.
De esa forma, la agrupación hizo un montaje único reforzado de fondos, imágenes, acompañamiento musical en vivo y el talento de sus bailarines de todas las edades.
Otras coreografías sumamente vitoreadas fueron Húngaras, Barrio de Pescadores, Flor de Sacuanjoche, La Sutiabeña y más. Hasta llegar así a los sones del Caribe.
La sorpresa estuvo a cargo de sus bailarines fundadores, quienes con trajes de inditas y huipil sorprendieron en el denominado escenario de la casona y bailaron al son de la Marimba de Arco Flor de Pino, algunas piezas como la Casa de la Suegra y más.
Un emotivo momento fue cuando en la escena apareció con su cotona el director, William Herrera, bailando el himno de Quetzaltnahuatl e intercambiando giros con su excompañera y también maestra, Ninoska Cantillano, quien fundó el Ballet Folklórico Palacagüina.
Entre gritos y hasta lágrimas, los bailarines de todas las edades bailaron el himno de la agrupación y circularon en el escenario para realizar su último saludo hasta que el telón cerrara.
Cuarenta años después de su fundación, Quetzaltnahuatl sigue escribiendo historia sobre los escenarios, pero también en los corazones de quienes creen en la fuerza de lo nuestro.