Josthin Díaz.

Josthin Díaz.

La iglesia que vio nacer a San Juan de Oriente

Con más de cuatro siglos de historia, este templo es uno de los más antiguos de Nicaragua.


La Iglesia de San Juan Bautista, ubicada en el corazón de San Juan de Oriente, Masaya, es uno de los templos más antiguos de Nicaragua y un verdadero emblema para su comunidad. Con más de 400 años de historia, esta joya colonial ha sido testigo del crecimiento, la fe y la identidad cultural de generaciones enteras.

Su construcción data de inicios del siglo XVII, emprendida por los maestros Gervacio Gallegos de Galicia y Juan de Bracamontes y Peñaranda, quienes dieron forma a una obra que aún hoy impone respeto por su majestuosidad y resistencia.

La estructura de la iglesia conserva los rasgos típicos de la arquitectura barroca colonial. Sus gruesos muros de adobe, techos de madera con tirantes dobles y pilares robustos no solo muestran una maestría técnica, sino también una visión duradera de lo sagrado.

En su interior, los retablos de madera tallada, las imágenes religiosas traídas desde España y los vitrales coloridos ofrecen una experiencia estética y espiritual única, que conecta el pasado con el presente.

Para la comunidad de San Juan de Oriente, este templo no es simplemente un lugar de culto, sino el eje que articula la vida social, cultural y espiritual del municipio. Cada año, durante las fiestas patronales de junio, se celebra a San Juan Bautista con danzas tradicionales como los chinegros, procesiones, música y gastronomía local, fortaleciendo el sentido de pertenencia entre sus habitantes. La iglesia se convierte en escenario vivo de una fe que ha sobrevivido a siglos de transformaciones.

La antigüedad de la iglesia no solo la hace valiosa por su historia, sino también por el símbolo que representa: un puente entre la herencia indígena, el legado español y la identidad contemporánea de un pueblo orgulloso de su tradición.

A pesar del paso del tiempo y las amenazas del deterioro, la comunidad continúa cuidando este espacio con devoción, sabiendo que en sus muros y altares se resguarda más que historia: se guarda el alma misma de San Juan de Oriente.