
Foto: Yohany López
Ballet Folklórico Haydée Palacios celebra 55 años de legado danzario
Agrupación se prepara para seguir formando generaciones de bailarines.
Si de tradición en el escenario se trata, el Ballet Folklórico Haydée Palacios hace honor y mérito a los 55 años de fundación. Se trató de una gala que recorrió los bailes característicos de las tres regiones geográficas de Nicaragua, con una combinación de pasos tradicionales, brillo en la vestimenta y una alegría especial entre sus integrantes.
La puesta en escena reunió a bailarines de todas las edades, desde niños, adolescentes y jóvenes en aprendizaje hasta sus fundadores con la misma edad de la agrupación, siendo artistas.
Gerardo Vásquez es uno de esos bailarines fundadores que de primera mano recibió las enseñanzas de la fundadora Haydée Palacios Vivas (q.e.p.d) y recuerda muy claramente la importancia de tener paciencia al momento de enseñar.
"Con paciencia se obtiene el cielo. Para todo paciencia, esa fue la frase que más me quedó porque uno a veces quiere tomar las decisiones o enseñanzas con prisa", manifestó.
Vásquez es de los privilegiados de haber caminado junto a la fundadora de la agrupación tantos años y ser quien bailó con ella la última pieza en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, la Danza Negra, un recuerdo que quedó de forma icónica entre sus familiares, bailarines y amigos.
Las coreografías
La agrupación hilvanó durante la majestuosa presentación, los sones de marimbas, polkas y ritmos del Caribe.
Con una apertura acompañada por la Escuela de Marimba Flavio Galo, al son de Nicaragua Mía, inició el espectáculo, para luego dar paso a otros bailes como El Güegüense, Aquella Indita, Culebrita Blanca, Grito del Bolo y más.
Sara Bejarano, también bailó con el elenco de fundadores y reconoce que la agrupación se mantendrá como un legado generacional, entre quienes danzaron una vez con la maestra Palacios Vivas.
"Yo hoy bailo con mi nieto. Tuve la oportunidad de conocer a la maestra y ser elegida por ella como India Bonita de las Sierras de Managua allá en 1970 y desde entonces ella vio en mí ese potencial y me aconsejó que guardara la esencia y estilo de las mujeres de mi comarca", explicó la artista.
Y entre vítores y aplausos, el relevo generacional más reciente fue el más ovacionado al salir con sus trajes coloridos al escenario e interpretar el son de marimba El Sapo.
Fueron dos horas exactas de emoción pura, de tradición y en la que también contaron con la presencia de la Marimba de Arco Flor de Pino.
En ese sentido, Jacobo Salinas, instó a las nuevas generaciones a mantener las características arraigadas de la cultura.
"Nosotros ya hicimos cultura cuando éramos jóvenes, así que ellos sigan esta tradición porque en realidad te llega a identificar", añadió Salinas, quien también fue parte del elenco de fundadores.
Asimismo, añadió que los nuevos talentos tienen el cielo por límite y les animó a seguir soñando.
Pasado el repertorio que finalizó con El Solar de Monimbó, cada miembro de la agrupación se despidió del escenario, en que los presentes asistieron con entusiasmo y disposición para ver brillar a sus amigos o familiares, ya sea por primera o última vez, según cada caso.