
Foto: Yohany López
Una puesta en escena que fusionó el folclore nicaragüense y los ritmos bailables
Más de 100 jóvenes y adolescentes fueron los protagonistas de esta presentación.
Cuando el amor por Nicaragua une corazones, el arte florece en el escenario, se trata del Ballet Castillo y la Agrupación de Danza Folklórica Zenzontle, quienes brindaron una noche de espectáculo desde la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío.
La puesta en escena, que se llevó a cabo el pasado sábado, fusionó el folclore nicaragüense y los ritmos bailables de la región.
Ana Castillo, directora del Ballet Castillo, manifestó estar satisfecha de los logros obtenidos por su elenco y animó para que más jóvenes se sumen a iniciativas culturales en su localidad.
"Es un gran logro ver el avance y como se hace presente Zenzontle y Caladance del Colegio Calasanz de Managua.
La ruta creativa
Si de sones se trata, el acompañamiento estuvo a cargo de la Marimba de Arco Flor de Pino, quienes fueron los responsables de hacer sonar nuestro piano indígena.
Entre los bailes, la noche empezó con un openning a cargo de las alumnas de cuarto nivel del Ballet Castillo, titulada Hijas del Agua, seguido de la danza de El Mestizaje.
Génesis Ramírez, quien es parte de la agrupación y se mostró feliz de subir al escenario del coloso mayor. Asimismo, alentó a que hombres y mujeres sean decididos del potencial que tienen o pueden adquirir.
Segunda ocasión
Es la segunda vez que Zenzontle les acompaña y juntos comparten escenario, siendo un mix de marimbas titulado como: Alma de Tradición, la primera representación que el grupo hizo.
Para Miguel Ángel Maltés, director del grupo su participación es un doble regocijo, ya que la maestra Ana Castillo también le dio clases en la Academia Nicaragüense de la Danza y ahora, son compañeros de escenarios.
En esta ocasión, manifestó que esperan seguir compartiendo con el Ballet Castillo, ya que ha sido uno de los grupos que ha confiado en el talento de ellos.
Los invitados
Y es que la velada contó con la participación del grupo estudiantil Caladance, cuyas adolescentes interpretaron sones de marimbas y sus niñas la reconocida Polka Norteña, El Grito del Bolo.
Cabe recordar que dicha agrupación se fundó en 2004 por la entonces maestra Ana Cecilia Espinoza y tras algunos años de inactividad, cuenta con nueva dirección y un elenco en constante formación.
Aracelys Castillo, es docente de dicha institución y se mostró sumamente contenta de ver el resultado y la proyección que adquiere el grupo de niñas y adolescentes, ya que para todas era su primera vez en el coloso nacional.
Si algo tuvo esta fusión fue mucho esmero en los detalles tanto de los colores de sus vestimentas como en la ejecución de pasos que sus danzantes realizaron en cada coreografía.