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Efectos neuroestéticos de la decoración patriótica
Este tipo de decoraciones, despiertan recuerdos colectivos, afirma Mendoza.
Cada año durante las celebraciones patrioticas siento que los espacios a mi alrededor se transforman; desde las entradas de las casas, pabellones de las escuelas, hasta las calles decoradas con banderas, cintas y símbolos nacionales que producen estímulos visuales.
La Neuroestética es la disciplina que estudia cómo nuestro cerebro responde a la belleza, al arte y a las sensaciones causadas por los recuerdos y la experiencia que nace en los sentidos sensoriales.
Cuando hablamos de símbolos patrios y su relación con la estética descubrimos el sentido de pertenencia con la comunidad a la que pertenecemos.
Las decoraciones patrióticas despiertan recuerdos colectivos. Con solo entrar a un salón adornado como para conectar con la memoria y la cantidad de desfiles escolares o celebraciones familiares acerca de la independencia del país.
"Los símbolos patrios no solo se ven, también se sienten" porque están asociados a momentos vividos en el paso del tiempo.
Algunos de los efectos poderosos causados por la Neuroestética amplían la percepción de patrones repetitivos implementados sobre banderines o guirnaldas festivas.
Así como el impacto producido por el orden de los ambientes pintados en colores sobrios, proyectando experiencias colectivas que fortalecen escenarios cargados de memoria, identidad y emoción.
Los efectos causados por la decoración patriótica no solo representan adornos festivos sino también la manera de conectar con nuestra sociedad y una inminente memoria cultural.