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Julio Moya, el brazo derecho que marcó una era en el béisbol pinolero
El béisbol nacional despide a uno de sus pitcher más emblemático del país.
Julio Moya Espinoza, ex lanzador derecho del León y de la Selección de Nicaragua, falleció esta mañana, a los 69 años, debido a complicaciones renales y diabetes. Su partida deja un vacío enorme entre quienes lo vieron brillar desde finales de los años setenta.
Moya debutó en 1976, destacándose rápidamente como uno de los brazos más dominantes de la liga. Su precisión y temple lo llevaron a portar con orgullo la camiseta azul y blanco en competencias internacionales.
En 1984 logró una efectividad de 0.14, una de las marcas más bajas registradas en la pelota local. A eso se sumó una increíble racha de 365 innings seguidos sin permitir cuadrangular, récord que aún impresiona.
Un líder silencioso
Más allá de las estadísticas, su disciplina y carácter lo convirtieron en referente para compañeros y rivales. En cada salida dejaba claro que el juego se gana con determinación y respeto.
Su trayectoria fue inmortalizada en 2003 cuando ingresó al Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense. Este reconocimiento selló su nombre entre los grandes exponentes de la pelota pinolera.
Desde la Costa hasta la capital, su ejemplo sigue motivando a jóvenes que sueñan con dominar la lomita. Cada niño que sube a un montículo encuentra en Moya una muestra de que la disciplina rinde frutos.
Moya se marcha, pero su huella seguirá viva en cada partido, en cada lanzamiento y en cada pelotero que aspire a brillar sin miedo. Nicaragua siempre recordará a su maestro del montículo.