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Un 24 de julio lleno de gloria para el béisbol nicaragüense

Te contamos algunos hechos históricos que marcaron esta fecha en diferentes generaciones.


El 24 de julio ha sido escenario de momentos memorables en la historia del béisbol nacional, con actuaciones que definieron campeonatos, rompieron récords y escribieron páginas doradas para Nicaragua en torneos locales e internacionales.

Fue un día para el poder, la precisión y la historia dentro del diamante nicaragüense.

En 1998, la Selección Nacional logró una de sus victorias más contundentes en la Copa Mundial disputada en Italia. Un jonrón de Nemesio Porras y un dominio monticular que sumó 13 ponches entre Marvin Zelaya (10) y Vicente Padilla (3) sellaron el triunfo 13x2 sobre Holanda. La ofensiva nacional produjo 18 imparables, con Henry Roa brillando con 6-4 y tres empujadas.

Avanzamos al 2009, cuando en plena Serie Final del Campeonato Germán Pomares, el Granada arrolló 13x0 a Estelí. El batazo grande fue un Grand Slam de Jimmy González, quien inicialmente vio invalidado su batazo por una confusión con una solicitud de tiempo, pero el cuadrangular fue finalmente validado. También aportaron Juan Vicente López, con vuelacerca de dos carreras, e Iván Marín, quien remolcó tres más. En la loma, Armando Hernández lanzó para solo tres imparables en una joya que colocó a Granada a una victoria del título.

Dos años después, en 2011, Freddy Corea alcanzó un hito significativo en su carrera: se convirtió en el lanzador número 16 en lograr 100 victorias en la Primera División. El triunfo 1x0 ante León no solo selló su marca personal, sino también la clasificación de Carazo a semifinales por primera vez desde 1975. Corea, nacido en Nagarote, enfrentó justamente al equipo de su ciudad natal en esa histórica jornada.

Ese mismo día, Juan Serrano extendió su brillante racha de 32 entradas consecutivas sin permitir carreras, en un duelo donde el Bóer venció 5x0 a la Costa Caribe. Serrano lanzó completo los 7 innings, permitiendo apenas tres hits, consolidando su temporada con marca de 11-5 y siendo clave en la rotación capitalina.

El 24 de julio queda así como una fecha emblemática, en la que distintos protagonistas demostraron el talento y coraje que definen al béisbol nicaragüense. Cada juego, cada pitcheo y cada swing de ese día vive en la memoria de los fanáticos como parte de una tradición llena de orgullo y pasión nacional.