Foto: Cortesia

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Kiyomi McMiller lidera el triunfo de Nicaragua y avanza a semifinales del COCABA femenino

Con 33 puntos ante Honduras, la joven figura pinolera acercó al equipo al Centrobasket 2027.


Kiyomi McMiller fue la estrella de Nicaragua en el juego contra Honduras, anotando 33 puntos durante la victoria 87-68 que selló el pase a semifinales del Torneo COCABA Femenino 2025 en Managua. La escolta continúa acaparando titulares y lidera la ofensiva del equipo.

La joven jugadora de 18 años promedia 25.3 puntos, 6.7 rebotes y 5.7 asistencias por partido, liderando las estadísticas del certamen en puntuación y buen rendimiento colectivo. Ese dominio la convierte en la jugadora más influyente del torneo hasta ahora.

Nacida el 4 de agosto de 2006 en Silver Spring, Maryland, McMiller tiene raíces nicaragüenses por parte de su madre y eligió representar a Nicaragua pese a su formación en Estados Unidos.

Jugó en Life Center Academy, donde promedió 30.1 puntos por juego en su último año de secundaria, y actualmente forma parte de Rutgers en la NCAA, con promedio de 18.7 puntos, 4.7 rebotes y 3.0 asistencias en la temporada 2024-25.

Más de ella

En el COCABA, ha sido titular indiscutible. En el debut frente a Costa Rica, anotó 25 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias en una victoria histórica 61-36, la primera del seleccionado femenino desde 1964. Contra El Salvador aportó 18 unidades y 5 asistencias en un duelo que pintaba cerrado.

Este triunfo sobre Honduras la confirma como referente del equipo. Su energía, lectura táctica y liderazgo en la cancha han sido claves en cada paso del certamen, construyendo un perfil sólido como figura emergente del baloncesto femenino nicaragüense.

La selección femenina ahora deberá enfrentar la semifinal este sábado, con la clasificación al Centrobasket Femenino en juego. Si se imponen, asegurarán su cupo en el torneo continental y continuarán elevando el perfil de la disciplina en el país.

El cuerpo técnico, dirigido por Leonel Avilés, confía plenamente en McMiller como conductora del juego y símbolo del plantel. Su presencia inspira al grupo, fortalece la cohesión y potencia la estrategia ofensiva del equipo.

Nicaragua ya ha demostrado en este certamen que su evolución es real, y con Kiyomi como estandarte el objetivo va más allá de participar: apunta a trascender y competir entre las mejores selecciones de la región.