Alma Balmaceda de mascarilla, mientras prepara un ceviche/. CarlosArguijo
Un emprendimiento con sabor a mar
El camino ha sido difícil, dice Alma Balmaceda, que con esfuerzo y dedicación logró su propio negocio de mariscos.
Los deseos de superación y las necesidades económicas llevaron a doña Alma Balmaceda a incursionar en el mundo exquisito de los frutos marinos. Su día a día se entremezcla con los sabores de los pescados, chacalines, ostiones, camarones, conchas negras combinados con limón y la infaltable cebolla, de la que resulta toda una "explosión al paladar".
Como la mayoría de emprendimientos, asegura que el camino ha sido difícil, pero la dedicación que pone en cada platillo que ofrece ha sido clave para tener la aceptación de sus clientes.
Desde hace un año emprendió en su negocio propio de mariscos al que bautizó “Delicias del Mar”, el cual ha tenido buena aceptación de la clientela.
Sus días también están divididos con su labor de madre, tiene dos hijos, pero asegura que esta experiencia le ha enseñado el valor del trabajo y la perseverancia.
Sus inicios
"El esfuerzo y la dedicación es la base de todo emprendimiento, la experiencia y las ganas de sobresalir pueden motivarnos todos los días", dice.
Balmaceda dio sus primeros pasos manipulando mariscos hace unos años en un mercado capitalino. "Conforme iba pasando el tiempo miramos que la demanda era bastante buena, procedí a buscar un lugar y gracias a Dios pude obtener los permisos necesarios para contar con mi negocio de forma legal”, apunta.
“Yo estoy segura de que la calidad del producto es lo que las personas siempre les llama la atención, este tipo de alimentos siempre tiene que ser fresco y utilizar ingredientes de calidad, desde el limón, el usar completamente los ingredientes bases que garanticen el sabor exquisito de nuestros platos”, añade.
La emprendedora aconseja, por medio de su experiencia y su camino en este negocio, que “no tengan miedo de emprender, siempre el esfuerzo tiene sus frutos y mi mensaje es para todas las mujeres que se quieren aventurar en el emprendimiento”.
En el local que está ubicado en el costado suroeste de la iglesia Pío X en Bello Horizonte, se pueden degustar ceviches preparados a la vista de las personas.
