Guillermo Rodríguez

Guillermo Rodríguez

Emprendedor se reinventa con café matagalpino

Trabaja con otros jóvenes que, como él, han apostado por el café artesanal.


Hace 13 años, Néstor Dávila Salgado decidió transformar su pasión por el café en un emprendimiento real. Con estudios en Administración de Empresas y una infancia marcada por el aroma del grano seco en Chagüitillo, en el Valle de Sébaco, Matagalpa, Dávila fundó en Managua su propio negocio: Café Matagalpino, una propuesta que combina tradición, sabor y conocimiento.

Desde joven, Dávila estuvo inmerso en la cadena del café, desde el secado hasta la exportación. “A los 16 años ya trabajaba en el tema del café, y ahí aprendí todo”, cuenta. Luego de graduarse y explorar otros trabajos, se dio cuenta de que su destino estaba ligado al café. “Estudié Administración y dije: ‘Tengo que emprender’”, recuerda.

Guillermo Rodríguez

En un principio, este emprendimiento tuvo presencia en varios puntos de Managua, Tipitapa, Masaya y Ciudad Sandino. Sin embargo, la pandemia lo obligó a reducir operaciones, concentrándose en un solo puesto de venta, en el mercado Roberto Huembes. Pese a los altibajos, Dávila continúa hoy en día trabajando con jóvenes emprendedores que, como él, han apostado por el café artesanal.

Actualmente, el negocio cuenta con su propio equipo de tostado en Matagalpa y emplea a unas siete personas, entre puestos directos e indirectos. Ofrecen un café 100 % arábico, cultivado en el norte del país, mezclando granos de distintos productores locales para lograr un sabor equilibrado y de calidad.

Con orgullo, Néstor Dávila continúa fortaleciendo su emprendimiento y promoviendo el consumo de café natural nicaragüense, brindando a sus clientes no solo una bebida, sino una experiencia cargada de identidad y sabor.