Guillermo Rodríguez

Guillermo Rodríguez

Paula Lacayo: una mujer que rompe estereotipos al volante de una mototaxi

Esta pinolera sueña a corto plazo con otro negocio relacionado con el transporte.


Con una firme determinación y el deseo de no depender de nadie, Paula Vanessa Lacayo decidió hace 18 años emprender su propio negocio. Armada con una mototaxi y mucha voluntad, comenzó un camino que no ha estado exento de obstáculos, pero que le ha dado grandes recompensas.

"Al principio todo fue duro, cuesta, pero con el tiempo uno aprende. Los mismos clientes te enseñan", comenta Paula con la voz de quien ha vivido intensamente.

A lo largo de estos años, su mototaxi no solo ha sido un medio de transporte, sino también una herramienta para construir una vida digna y sostener a su familia.

"Me han ofrecido hasta 18 mil córdobas por ella, pero no la vendo. Le tomé cariño. Ella me sacó adelante, no solo a mí, sino a mis dos hijas y a mi familia."

Un trabajo de sol a sol

Su día empieza temprano, a las 6:30 de la mañana, y finaliza cerca de las 8 de la noche. Sin embargo, ha logrado organizar su jornada para poder compartir tiempo con sus hijas.

"Trabajo hasta el mediodía y luego descanso hasta las tres. Esa es una de las ventajas de este trabajo, puedo ver a mis niñas."

No todo ha sido fácil. Como mujer al volante, ha tenido que enfrentarse a prejuicios y actitudes negativas. "Al principio había hombres que se enojaban por verme salir adelante sola. Incluso me echaban la moto, pero con el tiempo se acostumbraron. Aquí sigo."(sonríe).

Sus planes no terminan con su actual emprendimiento. Paula sueña con otro negocio relacionado con el transporte, pero asegura que no se desprenderá de su valiosa, mototaxi. "Con ella hice la casa de mi mamá y estoy pagando la mía. Este negocio, si uno lo trabaja bien, es rentable."

Con tarifas asequibles

Entre 20 y 40 córdobas por carrera, según la distancia y número de pasajeros, Paula mantiene un trato directo con sus clientes, aunque no siempre es fácil. "Algunos dicen que soy malcriada, pero a veces la gente te saca de tus casillas. Yo me río y les digo: 'No se ponga así, hombre, se va a envejecer'".

Para ella, emprender también ha significado liberarse de la dependencia. "Aquí dejamos de depender del hombre y dependemos de nosotras mismas. Las mujeres deben salir adelante, tengan o no tengan pareja. Esa fuerza la tenemos todas."

Hoy, con esfuerzo y orgullo, sigue recorriendo las calles con su mototaxi, demostrando que el coraje y la perseverancia también tienen motor propio.