
Guillermo Rodríguez
Janet Castellón, de vendedora ambulante a dueña de su propio negocio
Su principal motivación ha sido siempre el bienestar y la educación de sus hijas.
Janet Castellón comenzó su vida laboral a los 17 años de edad como vendedora ambulante. Hoy, más de dos décadas después, su historia ha sido de inspiración para muchos.
Desde muy joven, Janet asumió sola la crianza de sus cuatro hijas. Enfrentando adversidades económicas, se dedicó a vender
“Los tiempos más difíciles fueron cuando ya tenía a mis hijas y me tocaba salir a vender para mantenerlas”, relata.
Con el paso de los años y gracias al apoyo de personas de buen corazón, su situación fue cambiando. Una mujer de nombre Carmen Muñoz, ya fallecida, le obsequió un pequeño tramo, ubicado en el mercado Roberto Huembes, donde Janet pudo establecer su propio negocio.
Desde el 2015, ese espacio ha sido su base de trabajo diario, ofreciendo desayunos, almuerzos, frescos y gaseosas, es decir, obtuvo su propio comedor.
Un rostro de lucha
Actualmente, atiende dos tramos: uno propio y otro que administra. Su jornada empieza a las 6 de la mañana y finaliza alrededor de las 5 de la tarde, todos los días de la semana, pese al cansancio, no se detiene.
Su principal motivación ha sido siempre el bienestar y la educación de sus hijas, una de las cuales ya concluyó su carrera universitaria y cuenta con empleo estable.
A lo largo de su vida, esta mujer ha enfrentado la maternidad en solitario, sin apoyo de sus parejas, pero nunca se ha rendido.
Su historia refleja la realidad de muchas mujeres en el país que, con esfuerzo diario, sacan adelante a sus familias desde la economía informal.
Consciente de los desafíos, Janet envía un mensaje a otras madres. “A veces dicen que a una le va mal en la vida y se detienen. No es que le vaya mal, lo que pasa es que hay que luchar por los hijos. Eso es lo que nos queda. Tenemos que enseñarles a trabajar, para que el día de mañana no sufran como nosotras", finalizó.