¿Por qué colocamos flores a los difuntos?


Colocar flores a los difuntos en una actividad bastante remota. Todo parece indicar que el origen de dicha costumbre se remonta a la antigüedad, en la que los muertos eran puestos a exposición de todos durante varios días, con el propósito de ser velados y pedir por sus almas. En aquel entonces no existían las avanzadas técnicas de embalsamiento y las que habían no estaban al alcance de todo el mundo, por lo que, los cuerpos (que solían estar expuestos a la intemperie), se descomponían y desprendían un desagradable olor, sobre todo en época de calor. Para enmascarar ese hedor, se quemaba incienso y se cubría al fallecido con todo tipo de flores, lo cual aromatizaba el ambiente y hacía más agradable el acto de velar al difunto. La primera tumba a la que llevaron flores data de hace 13,000 años, según los enterramientos de la Edad de Piedra descubiertos en Israel. Desde entonces, la mayoría de las sociedades y religiones han adoptado el uso de flores y pétalos en las costumbres de muerte, desde Babilonia a Egipto, la América prehispánica o la India. En sus orígenes servían además para enmascarar el olor de los muertos, velados entonces durante días. En la actualidad, la colocación de flores en tumbas es común y se realiza en cualquier momento del año, sin embargo hay más afluencia de personas en los campos santos en fechas memorables como el01 de noviembre, Día de los Todos los Santos y el 2 de noviembre, Día de los Difuntos. Las flores hoy en día tienen un significado más simbólico, demuestran afecto y respeto para la memoria de los difuntos. El Día de los Difuntos es una celebración que se realiza el 2 de noviembre complementando al Día de Todos los Santos, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio. Se debe ir al cementerio a rezar a tus seres queridos y dejarles velas y flores. Para ser recordados y no olvidados se creó este día.