Mayra Vanessa Gámez Conquistar implica mucho esfuerzo y trabajo. Galletas de Oro es un negocio familiar que nació en el año 2013, actualmente producen galletas artesanales libres de preservantes. Muy pocas personas logran tener una visión más allá de lo que podemos ver a simple vista. Claudia Corrales, propietaria de Galletas de Oro, viajaba junto a su esposo a Holanda y acostumbraba traer a su familiares un producto que acompaña un rico cafecito: galletas. Por muchos año trajo las galletas holandesas a sus familia, quienes siempre se mostraban contentos con la calidad del producto. Hasta que un día pensó de una forma diferente que cambió el rumbo de su vida, y decidió fabricar las galletas no solo para consumo familiar, sino para crear un fuente de empleo para sí misma y algunos primos y primas que hoy en día laboran en la tienda. Imagen tomada de facebook: Galletas de Oro Por supuesto, esta familia recibió asesoría y capacitación de panaderos holandeses que viajaron hasta Nicaragua para enseñarles la receta de las deliciosas Galletas de Oro, en las que Holanda tiene más de 200 años de tradición. Te puede interesar: ¡Emprender siempre es un alternativa para superarnos! Emprender es un reto muy difícil, sin embargo se trata de tener paciencia y perseverancia, porque el crecimiento de un negocio no se logra de la noche a la mañana. En el caso de Galletas de Oro cuando inició muy poco creyeron en sus productos, pero eso no los desanimó; al contrario, mantuvieron mucha fe y siguieron trabajando, a tal punto que hoy estos emprendedores tienen puntos de ventas en importantes cafeterías, supermercados y algunos colegios de managua.

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Probar estas galletas de manos emprendedoras es un gustito único. Podés encontrar galletas granizadas, de espacias, waffle, entre otras en La Colonia, Café las Flores, y Colegio Centro América. Puedes leer: Mirna López, una mujer guerrera y emprendedora