
Referencial
El divorcio exprés cumple 20 años en España
En aquel entonces, las parejas que deseaban divorciarse debían esperar al menos un año tras casarse.
Hace dos décadas, España vivía una de las reformas más significativas en materia de derecho de familia. La conocida como ley del divorcio exprés, aprobada el 8 de julio de 2005, eliminó gran parte de los obstáculos legales que dificultaban la disolución del matrimonio.
Hoy, 20 años después, su impacto se refleja en las cifras, en la mentalidad social y en una mayor agilidad judicial.
Hasta entonces, los cónyuges que deseaban divorciarse debían esperar al menos un año tras casarse y, en muchos casos, justificar su decisión con causas como infidelidad, abandono del hogar, alcoholismo o incluso "perturbaciones mentales". Además, la separación previa era obligatoria. Todo eso quedó atrás con la entrada en vigor de la nueva ley.
Una ruptura más rápida
La reforma de 2005 eliminó la obligación de pasar por una separación legal antes de solicitar el divorcio, y redujo el tiempo mínimo de matrimonio de un año a solo tres meses. También dejó de ser necesario justificar la decisión de separarse, lo que redujo la tensión y el estigma alrededor del proceso.
"La llamamos divorcio exprés porque por primera vez se permitía presentar un divorcio de mutuo acuerdo, con un convenio regulador firmado por ambas partes", explica Mª José Sánchez, vocal de la Asociación Española de Abogados de Familia.
Los efectos fueron inmediatos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2004 se registraron 50.974 divorcios y 81.618 separaciones.
Al año siguiente, tras la entrada en vigor de la ley, los divorcios se dispararon a 126.952, mientras que las separaciones cayeron drásticamente a 18.793. En 2023, los divorcios fueron 76.685 y las separaciones apenas 3.380.
Avances en custodia compartida
Otra gran novedad introducida por la ley de 2005 fue la regulación por primera vez de la custodia compartida de los hijos menores. Durante años, la mayoría de las custodias se otorgaban a las madres, en 2013, representaban el 76 % de los casos entre progenitores de diferente sexo, mientras que solo un 17,9 % eran compartidas.
Un punto de inflexión llegó en ese mismo año, cuando el Tribunal Supremo sentenció que la custodia compartida debía dejar de ser "excepcional" y convertirse en la opción preferente. Desde entonces, este modelo ha ido en aumento, hasta alcanzar el 48,4 % en 2023, superando por primera vez a las custodias maternas (47,8 %).