EFE

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El terremoto en Afganistán deja 6.700 casas destruidas y 500.000 personas afectadas

La crisis se intensificó la noche del jueves, cuando un nuevo y fuerte seísmo de magnitud 5,6 sacudió la misma zona.


Más de 6.700 familias se han quedado sin hogar en el este de Afganistán tras el devastador terremoto del pasado domingo, que causó la muerte de más de 2.200 personas y afecta a al menos 500.000, según los últimos informes de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) y agencias de la ONU.

Además de las viviendas, el terremoto destruyó 68 fuentes de agua y provocó la muerte de ganado en las provincias de Kunar y Nangarhar, aniquilando los medios de subsistencia de una población eminentemente rural, detalla el informe de ECHO de este viernes.

La crisis se intensificó en la noche del jueves, cuando un nuevo y fuerte seísmo de magnitud 5,6 sacudió la misma zona, complicando las labores de rescate y la evaluación de daños en curso.

La pérdida de viviendas ha creado un drama secundario en los desbordados centros de salud. Un informe del Clúster de Salud de la ONU revela que en el Hospital Regional de Nangarhar, que atiende los casos más críticos, muchos de los heridos que reciben el alta médica no tienen un hogar al que regresar y permanecen en las instalaciones sanitarias.

Esta situación es especialmente crítica para las mujeres, que constituyen la mayoría de los afectados, según una primera evaluación en la zona.

El terremoto ha golpeado un país que ya se encontraba en una profunda crisis humanitaria. El sistema de salud afgano, descrito como "fragmentado y severamente desabastecido" tras décadas de conflicto, ya afrontaba un severo déficit de financiación antes del desastre, habiendo recibido solo una fracción de los fondos necesarios para 2025.

A esta situación se suma la presión del regreso de 1,6 millones de refugiados en 2025 y la existencia de millones de desplazados internos, en un país donde casi la mitad de la población ya necesitaba ayuda para sobrevivir.

Las organizaciones humanitarias han hecho un llamamiento para la "liberación urgente de fondos de emergencia", iniciando una carrera contrarreloj para proveer refugio y asistencia vital antes de la llegada del invierno.