Así luce Tola, tres días después de sufrir los impactos del huracán Iota

Con lágrimas e incertidumbre, así relata Reyna López los estragos que causaron las lluvias de Iota en Tola.


Reyna María López tenía 40 años de vivir a orillas del río Nancimí, en el municipio de Tola, Rivas. Durante todo ese tiempo, nunca había experimentado inundaciones de gran magnitud como las que generó el huracán Iota, cuenta López.

El desborde de Nancimí dejo inhabitable su vivienda, han paso tres días desde el desborde del río y aún los estragos en la zona son evidentes: el nivel de agua le llega hasta las rodillas.

Con lágrimas e incertidumbre, López afirma que su familia perdió todos sus cultivos y enceres domésticos.

"Teníamos una manzana (sembrada) de plátano, dos de frijoles, arroz y hasta de maíz, no sabemos qué vamos hacer pues de eso era lo que vivíamos", mencionó Reyna.

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Ella, junto a otros pobladores, logró salvar su vida al acudir a un albergue que dispuso las autoridades edilicias de Tola.

Las lluvias del martes, día en que el fenómeno recorrió gran parte del territorio nacional, el desborde del río Nancimí cubrió casi por completo la vivienda de Reyna María. Su hijo por poco y se suma a la lista de fallecidos por el huracán Iota, pues había decidido quedarse cuidando el inmueble por temor a que otros llegaran a robar su casa.

"Ahora estamos viviendo donde nuestra hija, que vive a una cuadra de nuestra casa y pues no sabemos cuando volveremos. Toda mi ropa se perdió, el río arrastró los traste, se lo llevó todo”, lamenta López.

Durante un recorrido que hizo VosTV, se constató que en Nancimí hay una 20 casas anegadas, y 5 quedaron totalmente colapsadas.

Otro ciudadano que vivía a la orilla del río y perdió parte de su hogar es Ethel Pérez.

"Mi hermano me dio un solar, pero actualmente no tengo dinero para construir”, dijo Perez.

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En otra comunidad de Tola, El Limón 1, las lluvias de Iota dejaron al menos 10 casas inundadas, una de ellas quedó totalmente destruida.

Luego de tres días desde el paso de Iota, esta comunidad se encuentra incomunicada pues el río que la atraviesa sigue desbordado y no permite la conexión con las demás comunidades, como El Limón 2 y Virgen Morena.

Un puente que conecta unas siete viviendas colapsó, las fuertes corrientes lo arrastraron unos cinco metros.

Una de las viviendas derribadas en su totalidad era un bar y restaurante con más de 30 años de existencia. .

"No sabemos qué vamos a hacer porque esto se llevó todo lo poquito que teníamos, ya no tenemos ánimos de construir aquí, ahorita estoy sacando lo poquito que puedo recuperar y lavándolo", manifestó Dayana Reyes, hija de la propietaria del negocio.

Según los afectados, las instituciones de gobierno se presentaron a brindar asistencia hasta el día jueves, tres días después de las serios estragos.

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Estudiantes de medicina y médicos del centro de salud de Tola tuvieron que cruzar el río para poder brindar atención médica a los damnificados en estas comunidades.

La misma travesía de cruzar el río aún desbordado tuvieron que realizarlo dos cisternas de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) que llegó agua potable a estas comunidades.