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Sociólogo propone la creación de una mesa multisectorial para atender los suicidios en Nicaragua


El aumento paulatino de suicidios en los últimos tres años debería impulsar en Nicaragua la creación de una mesa multisectorial y de una oficina gubernamental en la que se incentive la prevención a estos hechos y se ayude a familiares a superar el trauma al perder un familiar por esta causa, sugieren psicólogo y sociólogos.

Miguel España, sociólogo, manifestó que la mesa de diálogo multisectorial debería poseer representación del Gobierno de Nicaragua, el sector privado, religiosos evangélicos y católicos y organizaciones médicas y de la sociedad civil.

“El suicidio es un tema tabú porque cuando se presenta una situación de este tipo las personas o hacen oído sordo o hace un mal abordaje del tema de las personas que presentan algunas señales de que quieren quitarse la vida, no hablarlo lo que hace es que los familiares no tengan herramientas para acompañar y darle seguimiento o un abordaje responsable cuando las personas que están en crisis dan señales de intentos de suicidios”, dijo España.

El sociólogo aseguró que un discurso totalmente bíblico, que insista en que solo Dios puede quitar la vida, solo empeorará la mentalidad del afectado.

Mediante esta mesa multisectorial, según España, al sector religioso se le puede dotar de un proceso de formación y abordaje del tema de la salud emocional, la salud psicosocial y cómo trasladar esto a las iglesias, pues son la fuente y sector de mayor credibilidad en el país.

“Los líderes religiosos son formadores en valores y a veces por no tener las herramientas adecuadas desde las ciencias médicas, no hacen un abordaje adecuado, usan un discurso moralizante, basado solo en recetar textos bíblicos, pero también debe haber un abordaje teológico, psicoespiritual de las condiciones que favorecen a erradicar la pérdida del sentido de la vida en situaciones desgarradoras”, mencionó el especialista.

Renato Montealegre, psicólogo, manifestó que es esencial detectar desde el hogar a quien esté pensando en quitarse la vida y ayudarle a superar cada uno de los traumas.

“Una persona que se quiere suicidar es notable su aislamiento social, es notable que hable de la muerte, que se despida de sus amigos, padres y familia, hay que saber identificarlo a tiempo; entre la elaboración de una carta de despedida y la consumación del hecho, es muy corto, esta persona no tuvo la oportunidad de conversar como se sentía, no es un cobarde por quitarse la vida”, explicó Montealegre.

El aumento de suicidios se refleja en datos de los anuarios estadísticos de la Policía Nacional. Antes del 2017 se registraban de 180 a 220 suicidios por año, pero en 2018 la cifra aumentó a 318, hasta llegar en 2020 a 344 suicidios.