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Seis migrantes nicaragüenses han fallecido durante la última semana, según TNC

La mayoría de las víctimas tenían poco tiempo de residir en Estados Unidos.


En un lapso de aproximadamente una semana, seis migrantes nicaragüenses perdieron la vida en distintas circunstancias en los Estados Unidos, según informó la Organización Texas Nicaraguan Community (TNC).

La mayoría de ellos habían emigrado recientemente desde Nicaragua en busca de nuevas oportunidades.

Carlos Alberto Rivera Paredes, de 38 años, originario de Wiwilí, Jinotega, falleció el 22 de octubre de 2023 en Silver Spring, Maryland, EE.UU. Rivera había llegado a los Estados Unidos hace tan solo 16 meses y residía en Silver Spring, Maryland. Según declaraciones de su tío, con quien convivía, Rivera había consumido alcohol y falleció de un infarto en las primeras horas del día.

Edwin Otoniel Rugama, de 40 años, originario de Matagalpa, fue encontrado muerto en la casa de un amigo en Florida. Había emigrado hace aproximadamente 18 meses y desde el pasado viernes no respondía a llamadas ni mensajes. Rugama dejó a su esposa y dos hijos menores en orfandad.

Leonel Moisés Reyes Mendoza, de quien se desconocía su paradero desde hace 10 días, fue encontrado sin vida. Según versiones de su familia, había salido a cenar con una amiga y no regresó. Su cuerpo fue hallado en una morgue tres días después.

Isaac Lacayo, originario de Bilwi, Costa Atlántica, perdió la vida el 21 de octubre al perder el control de su motocicleta cerca de los rieles del tren. Viajaba hacia el este cuando el accidente ocurrió. El impacto lo arrojó hacia la señal de cruce de ferrocarril, causándole la muerte.

Alejandro Gómez, de origen nicaragüense, falleció el domingo 22 de octubre a causa de un paro cardíaco. Residía en Carolina del Norte.

Finalmente, Víctor Manuel Rugama Siles, de 27 años y originario de Pantasma, Jinotega, perdió la vida el domingo 22 de octubre en un trágico accidente de tránsito en Denver, Colorado. Había emigrado hace aproximadamente 18 meses. Viajaba junto a su esposa, Yoseling Altamirano, quien estaba embarazada de 8 meses. Aunque Altamirano sobrevivió, lamentablemente perdió a su bebé.

Estos lamentables eventos han conmocionado a la comunidad nicaragüense en el extranjero y resaltan los desafíos y riesgos que enfrentan los migrantes en su búsqueda de un futuro mejor.

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