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Persiste la venta ilegal y domesticación de los primates en Nicaragua
En cautiverio, estos animales suelen ser alimentados con comidas inadecuadas y casera, lo que provoca desnutrición severa.
En Nicaragua, la diversidad de fauna incluye tres especies de primates: el mono araña, el mono cara blanca y el mono congo. Estas especies, que forman parte integral de los ecosistemas del país, enfrentan amenazas crecientes debido a la venta ilegal y los intentos de domesticación.
Según el médico veterinario Jean Carlos Torres, estas prácticas representan un peligro significativo para los primates, quienes sufren debido a que sus necesidades naturales y comportamientos son incompatibles con las condiciones que se les imponen en cautiverio.
Torres advierte que los primates son animales complejos que requieren una dieta específica y un ambiente adecuado para su desarrollo. En cautiverio, estos animales suelen ser alimentados con comidas inadecuadas, como comida casera, lo que provoca desnutrición severa y problemas de salud a largo plazo.
Además, el estrés derivado de la falta de libertad y la imposición de una rutina que no corresponde a su naturaleza puede resultar en comportamientos agresivos y, en casos extremos, en la muerte del animal.
“Estos animales, acostumbrados a moverse libremente por su hábitat natural, son forzados a adaptarse a espacios limitados y condiciones artificiales, lo cual les causa un daño físico y emocional profundo”, señala el veterinario.
Además, recuerda un caso reciente en su clínica veterinaria, donde un mono cara blanca fue llevado en condiciones de salud muy precarias debido a una dieta inadecuada y el estrés del cautiverio.
“Este tipo de casos no son aislados. Lamentablemente, vemos muchos animales que llegan en condiciones deplorables, y no todos los veterinarios están capacitados para tratar a estas especies. Es fundamental que los propietarios y el público en general comprendan que los primates no son mascotas y que su bienestar depende de que permanezcan en su hábitat natural”, concluye Torres.
Venta y domesticación ilegal
La venta y domesticación ilegal de primates no solo es una práctica cruel, sino también ilegal en Nicaragua. La Ley 747, conocida como la Ley para la Protección y el Bienestar de los Animales Domésticos y Silvestres Domesticados, establece sanciones para quienes incurran en estos delitos.
Según esta normativa, está prohibida la comercialización de animales exóticos sin la debida autorización, y se contemplan sanciones que varían desde multas de 50 hasta 400 días, dependiendo de la gravedad del delito. Esta situación se agrava cuando se trata de comercio internacional de estas especies, un problema que también está contemplado en el Código Penal del país, el cual impone sanciones adicionales en tales casos.
Norman Moraga, abogado y notario público, subraya la necesidad urgente de aplicar rigurosamente esta legislación para frenar la venta ilegal de primates.
“Aunque la ley establece el decomiso de los animales como una medida punitiva, aún falta un enfoque más integral que contemple consecuencias legales para quienes adquieren estos animales de manera ilegal”, comenta Moraga.
Actualmente, las sanciones se limitan principalmente al decomiso por parte de las autoridades competentes, como el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) y la Policía Nacional, pero no se imponen penas adicionales a los compradores, lo que deja un vacío en la protección de estas especies.
El Día Internacional de los Primates, conmemorado recientemente, fue una ocasión para analizar los riesgos que enfrentan estos animales debido a la acción humana. No se trata solo de una cuestión legal, sino también de una responsabilidad ética hacia la protección de la biodiversidad del país.
El tráfico de animales exóticos es un problema global que tiene un impacto devastador en las poblaciones de primates. En Nicaragua, la implementación de medidas efectivas y la educación de la población son esenciales para asegurar la supervivencia de estas especies.
La colaboración entre las autoridades, los veterinarios y la sociedad civil es clave para proteger a los primates de la extinción y garantizar que sigan siendo parte del rico patrimonio natural del país.
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