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Abogado sugiere más rigor para otorgar permisos de portación de armas

En lo que va de esta semana, dos mujeres fueron privadas de la vida.


Privar de la vida a una mujer con un arma de fuego, podría constituir una agravante en el delito de femicidio, que podrían llevar al acusado en esos casos a cumplir una pena máxima de 30 años o la cadena perpetua revisable, explica el abogado Domingo Diogo, según lo que establece la ley.

En lo que va de esta semana, dos mujeres fueron víctimas de femicidio en distintos puntos de Nicaragua, cuando sus respectivas parejas les dispararon armas de fuego.

El caso más reciente se registró el pasado martes 13 de mayo cuando Reina Pérez Gómez, de 44 años, murió en el Hospital Alfonso Moncada Guillén de Ocotal, horas después de haber recibido cuatro disparos por parte de su expareja, Gregorio Ortez Herrera, en el municipio de San Fernando, Nueva Segovia.

Este hombre, quien había estado acosándola desde hace dos años, se quitó la vida con la misma arma poco después de cometer el crimen en su casa en el barrio Sandino.

Otro caso que dejó tragedia

El otro caso ocurrió el pasado domingo, cuando con un disparo, Héctor José Rivera privó de la vida a su pareja en el municipio de El Viejo, departamento de Chinandega.

Tras cometer el crimen, el sujeto presuntamente fue golpeado por vecinos y ahora se debate entre la vida y la muerte en un hospital de esa localidad de Occidente.

“Las mujeres no tenían la misma proporcionalidad de instrumento que el hombre, tenían un arma de fuego, ella no tenía nada, hay una ventaja de por medio y alevosía, incluso podrían llegar estos hombres a tener 30 años de cárcel que es la pena máxima u obtener lo que es la cadena perpetua, que ahora está permitido en Nicaragua”, insiste Diogo.

El abogado señala que estos casos demuestran la necesidad de que los requerimientos para la portación de armas de fuego en el país puedan ser más exigentes, con exámenes psicológicos y estudios más rigurosos para obtener una licencia, sugirió.

“Porque hay gente que ya con dos o tres tragos ya se creen que son Superman y empiezan a disparar y causan daños a terceros, eso a través de más exámenes psicológicos debe valorarse, por eso es que ahorita, los permisos están muy complicados para otorgarse”, asevera.

Quienes usen esta herramienta sin permiso, podrían enfrentar un proceso judicial por tenencia ilegal de arma de fuego, que tiene como pena mínima dos años de cárcel y en dependencia de las agravantes hasta seis años de cárcel.