
Guillermo Rodríguez
Con dos décadas como conserje saca adelante a sus seis hijos
Antes de tener estabilidad laboral, lavaba, planchaba y vendía ropa usada en el mercado Roberto Huembes.
Durante más de veinte años, Verónica Aranda desempeñó el oficio de conserje con una entrega incansable. Madre de seis hijos, sacó adelante a su familia con mucho sacrificio.
Esta mujer de 63 años de edad está consciente que la perseverancia puede transformar la adversidad en esperanza.
“Cuando mis hijos eran pequeños, sufrí mucho. Vivíamos en una casita de láminas de zinc y plástico, con goteras que hacían el invierno insoportable”, recuerda.
A pesar de las limitaciones, decidió trabajar sin descanso, ahorrando con disciplina, y poco a poco fue mejorando las condiciones de su hogar.
Antes de conseguir estabilidad como conserje, Aranda lavaba, planchaba y vendía ropa usada en el mercado Roberto Huembes en Managua.
“No me avergüenzo, todo trabajo es honrado”, dice con orgullo y recuerda que sus días eran largos y agotadores, pero siempre pensaba en el bienestar de sus hijos.
“Alimentarlos era un reto diario, pero Dios nunca me desamparó”, agrega.
Su capacidad de ahorro es admirable
“Yo empezaba con cerditos de plástico, echando moneditas. Una vez ahorré 10 mil córdobas sin darme cuenta”, comenta sorprendida.
Esa mentalidad prudente y previsora la ayudó a enfrentar gastos imprevistos como enfermedades familiares, sin perder su rumbo y aunque actualmente es jubilada, Verónica sigue siendo activa.
“Si alguien me pide que le lave o planche ropa, yo lo hago. La edad no es excusa para dejar de luchar”, sostiene.
Sus hijos, agradecidos, la cuidan con esmero y le recuerdan a diario cuánto valoran sus sacrificios. “Mis hijos me llaman todos los días, se preocupan por mí. Me siento orgullosa de ellos. Son mi mayor logro”, destaca.
Esta orgullosa señora, no solo fue madre y padre para sus hijos, también fue ejemplo de fortaleza y amor incondicional.