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Las serpientes combaten plagas, protegen cultivos y aportan a la medicina moderna

Algunas especies, como la conocida “ratonera”, se alimentan principalmente de roedores.


Gracias a sus toxinas, la medicina moderna ha encontrado en las serpientes una fuente prometedora para el desarrollo de tratamientos contra enfermedades y afecciones cardiovasculares.

Más allá de los laboratorios, su rol en la naturaleza es igualmente valioso. En nuestro país, donde abundan áreas verdes y el clima es cálido, las serpientes actúan como reguladoras ecológicas esenciales.

Cada 16 de julio se celebra el Día Mundial de la Serpiente, con el propósito de dar a conocer el rol que cumplen estos reptiles en el equilibrio de los ecosistemas.

Aunque existen ejemplares venenosos como la coral o la cascabel, solo alrededor del 15% de las serpientes del mundo representan un verdadero peligro para el ser humano, y generalmente atacan únicamente cuando se sienten amenazadas.

En Nicaragua, su función como controladoras de plagas es determinante. Algunas especies, como la conocida “ratonera”, se alimentan principalmente de roedores y pequeños animales que proliferan en zonas verdes o urbanas, contribuyendo así a contener posibles focos de enfermedades.

Función es vital

El veterinario Jean Carlos Torres destaca que la función ecológica de las serpientes es tan vital como la de otros animales que también son perseguidos.

“La serpiente es regulador del ecosistema”, explicó. “Es una de las principales controladoras, a tal punto que a una de las especies de la serpiente que tenemos aquí en Nicaragua le pusieron como nombre ‘ratonera’”, agregó.

Además de su rol ecológico, los residuos orgánicos de estos reptiles contribuyen a enriquecer los suelos, favoreciendo la fertilidad natural. Torres también subraya que muchas serpientes de gran tamaño, como las boas, suelen ser inofensivas para los seres humanos, ya que su dieta se basa en especies pequeñas.

“No es que ande buscando niños o personas para poderse alimentar de ellos”, comentó, al tiempo que reconoció que la cercanía entre zonas rurales y hábitats naturales ha incrementado los encuentros esporádicos con estos reptiles. “Somos un país con muchas áreas verdes y de vez en cuando nos vamos a encontrar con ellas”, puntualizó.

Insta a reflexionar

Por su parte, la veterinaria Cristell Ponce instó a reflexionar sobre los prejuicios históricos que han marginado a la serpiente, muchas veces asociada a símbolos religiosos o temores infundados.

“Esta especie ha sido símbolo de supersticiones y de miedo. Sin embargo, la serpiente es una excelente reguladora en el ecosistema”, explicó.

Ponce también remarcó el potencial biomédico de estos reptiles. “La ciencia se está enfocando en este reptil que ha sido marginado por muchos años, ya que se están investigando péptidos a nivel de las toxinas del veneno de serpientes que ayudan con tratamientos para la hipertensión o a nivel cardiovascular, y también ayudan a crear analgésicos que van a ayudar para contrarrestar el dolor”, indicó.

Además, señaló que el suero antiofídico (también extraído de ciertas serpientes) ha sido clave para tratar infecciones como la leishmaniasis y contrarrestar mordeduras venenosas.