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¿En qué consiste la celopatía y cómo afecta a las parejas?
Este es un fenómeno social que requiere atención y educación emocional.
La obsesión irracional por la fidelidad de la pareja puede trascender los límites de lo emocional y convertirse en una amenaza para la vida. La celopatía, también conocida como Síndrome de Otelo, es un trastorno psicológico que lleva a quienes lo padecen a sospechar de infidelidad sin evidencia alguna, afectando no solo su vida emocional, sino también la seguridad de su entorno cercano.
“El problema surge cuando los celos dejan de ser normales y se vuelven enfermizos. La persona ya no solo siente desconfianza, sino que actúa de manera irracional, llegando incluso a atentar contra la vida de su pareja”, explica el psicólogo Manuel Ordóñez Díaz.
Entre las señales de alerta que pueden indicar celopatía se encuentran el acoso constante, la revisión obsesiva del teléfono o redes sociales y las restricciones a la vida social de la pareja. “Reconocer estas conductas a tiempo es fundamental para prevenir consecuencias graves”, agrega Ordóñez Díaz.
No distinguen género
El especialista subraya que los celos patológicos no distinguen género. Aunque históricamente se ha visto con más frecuencia en hombres, también hay casos de mujeres que, impulsadas por celos desmedidos, llegan a cometer actos de violencia.
“Son personas violentas, cuya autoestima está afectada. Creen que la pareja les pertenece como un objeto, lo que los lleva a intentar controlar y limitar su libertad”, detalla.
Más allá del ámbito de pareja, la celopatía es un fenómeno social que requiere atención y educación emocional. El especialista enfatiza la importancia de la comunicación asertiva y de trabajar en la autoestima para romper el ciclo de violencia y permitir relaciones basadas en respeto y confianza mutua.
“Si la violencia se presenta frente a los hijos, estos aprenden a normalizarla, creando un patrón que puede repetirse en la siguiente generación”, advierte.
En casos extremos, los celópatas pueden convertirse en potenciales feminicidas o agresores, lo que convierte a la detección temprana y al tratamiento psicológico en herramientas esenciales para proteger vidas y fomentar relaciones saludables.