Guillermo Rodríguez

Guillermo Rodríguez

Bahías de autobuses no debe ser invadidas por vendedores, dice gremial

Comerciantes afectados por construcción de la pista solicitan ser reubicados.


El secretario general de la Federación de Trabajadores y Emprendedores “José Benito Escobar” fue enfático al señalar que las bahías de autobuses en la recién inaugurada pista Héroes de la Insurrección no deben ser ocupadas por vendedores por cuenta propia.

“Todo trabajo es digno, el trabajo dignifica al hombre”, expresó el dirigente, quien aclaró que no descalifica la labor de los emprendedores informales.

“Desde el que se sube a un bus y vende agua o golosinas tiene un trabajo que merece respeto. Sin embargo, las inversiones que hemos hecho los nicaragüenses en esta majestuosa pista deben ser protegidas. Las paradas son de uso exclusivo para los usuarios del transporte urbano colectivo”, subrayó.

El dirigente también recordó que ya existen zonas delimitadas para la venta de alimentos y otros productos, y que los emprendimientos deben aspirar a desarrollarse en espacios más apropiados, como centros comerciales o ferias permanentes, y no en la vía pública.

Vendedores inconformes

No obstante, los comerciantes afectados por la construcción de la pista tienen una visión distinta. Ana, una vendedora informal y madre soltera, relató que sus ingresos se desplomaron tras ser desalojada.

“Yo vendía aquí antes, ahora solo ando con un termo de agua helada. Las rosquillas que vendía se me dañaron por el calor. No tenemos problema en respetar la parada, pero pedimos un lugar digno donde ganarnos la vida”, dijo.

Kimberli Alegría, otra comerciante, explicó que su familia ha trabajado por más de cinco décadas en el sector del Hospital Bertha Calderón.

“Mi abuela empezó, luego mi mamá, y ahora me toca a mí. Hemos sido movidas de un lado a otro sin un lugar fijo. Solo pedimos un espacio donde trabajar”, afirmó.

Por su parte, Julio Gutiérrez, un vendedor motorizado, expresó su disposición a respetar las nuevas normativas, siempre y cuando exista una alternativa.

“Necesitamos un lugar donde establecernos. Estamos de acuerdo con que las bahías estén limpias, pero también necesitamos comer”, recalcó.

La situación pone en evidencia el desafío de conciliar el ordenamiento urbano con la necesidad de generar oportunidades económicas para cientos de vendedores que subsisten del comercio informal.