Foto: Referencial

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La ropa también comunica: cómo vestir bien puede abrirte puertas

Tu imagen exterior puede convertirse en un reflejo fiel de tu propósito, tu actitud y tu ambición, dice experta.


Vestir de acuerdo con la intención que tengas es un elemento esencial para alcanzar tus objetivos tanto profesionales como sociales. Así lo afirma Marcela Castillo, asesora de imagen, quien sostiene que la forma en que te presentás ante los demás comunica mucho más que simples preferencias estéticas, proyecta quién sos, cómo pensás y qué querés lograr.

Antes de asistir a una entrevista de trabajo, tener una cita importante o enfrentar un día clave como tu ascenso, es fundamental detenerse frente al guardarropa y reflexionar no solo sobre qué prendas elegir, sino también sobre los colores que vas a utilizar.

La elección cromática no debe dejarse al azar, ya que cada color transmite sensaciones, emociones e incluso valores, según la teoría del color.

Por ejemplo, los colores oscuros y profundos como el negro comunican poder, autoridad y elegancia; el azul marino proyecta confianza y profesionalismo; el gris, sobriedad y objetividad.

En cambio, los tonos cálidos como el rojo pueden expresar energía, liderazgo y pasión, mientras que los colores pasteles, como el celeste o el rosa, evocan cercanía, calma y empatía.

Además del color, hay ciertas prendas básicas y versátiles que funcionan como aliadas estratégicas para lograr una imagen pulida, profesional y adaptable.

Estas son algunas de las piezas claves que deberías considerar tener en tu guardarropa:

Blazer estructurado (preferentemente en tonos neutros como negro, azul marino o beige): transmite autoridad, profesionalismo y sirve para elevar cualquier conjunto, incluso uno informal.

Camisa blanca o de tonos claros: símbolo de pulcritud y seriedad, es una prenda atemporal y muy combinable.

Pantalón de vestir de buen calce: aporta elegancia y estructura, ideal para entrevistas, reuniones o eventos formales.

Falda lápiz o midi: una opción femenina y profesional que aporta estilo y presencia.

Vestido clásico (ej. tipo tubo o envolvente): ideal para situaciones en las que se necesita un look cuidado pero sencillo.

Zapatos cerrados de calidad (ej. stilettos, mocasines o botas): el calzado adecuado completa el look y refuerza la percepción de seguridad.

Accesorios discretos y bien elegidos: menos, es más. Un reloj clásico, un collar sutil o unos aros delicados pueden elevar tu imagen sin distraer del mensaje.

Bolso estructurado: no solo es funcional, también aporta orden y profesionalismo.

Castillo, también enfatiza que incluso cuando no salgás de casa , ya sea que trabajés de forma remota o estés en un entorno más privado o incluso seas ama de casa, no debés descuidar tu imagen. La pulcritud y el cuidado en la forma de vestir no solo hablan bien de vos, sino que también influyen en tu estado de ánimo, en tu nivel de productividad y en cómo los demás perciben tu profesionalismo, sin importar el área en la que te desarrollés.