Foto: Referencial

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Desperdicios de alimentos, un desafío ambiental y de salud pública

Experto alertó que la situación ya es de alarma nacional y enfatizó en la necesidad de reforzar la educación y conciencia ambiental.


El mal manejo de restos alimentos y el bajo nivel de reciclaje en Nicaragua, han contribuido en la acumulación de grandes cantidades de desperdicios en calles y en los cuerpos de agua, un problema ambiental y de salud pública que requiere acciones urgentes, advirtió, Raomir Manzanares, coordinador del Comité Basura Cero.

Alertó que la situación ya es de alarma en el país y enfatizó en la necesidad de fortalecer la educación y la conciencia ambiental.

“Debemos planificar en nuestros hogares lo que vamos a comprar, consumir y procesar diariamente para no generar tantos residuos en lavaderos, cocinas y comedores”, señaló.

Aunque existen esfuerzos gubernamentales y comunitarios dirigidos a mejorar la recolección de desechos, implementar campañas de sensibilización y fortalecer la infraestructura, Manzanares consideró que estas acciones aún son insuficientes.

Ordenanzas para un mejor manejo

En ese sentido, instó a los gobiernos municipales a elaborar ordenanzas que garanticen un mejor manejo de residuos orgánicos, sobre todo en los mercados y en la separación desde los hogares hasta los vertederos.

Actualmente, muchos de los vertederos del país ya han cumplido su vida útil, lo que agrava la problemática. La falta de cultura en la separación de desechos también limita el aprovechamiento de materiales reciclables que podrían tener un valor económico en los hogares.

Manzanares subrayó que el desafío requiere un esfuerzo conjunto entre sector académico, gobierno, empresa privada y medios de comunicación, para promover de manera permanente la clasificación de residuos.

“Todo junto es basura; separado, tiene un valor enorme en la economía familiar”, remarcó.

En el contexto internacional, datos de la organización Gaia revelan que el 61% de la pérdida de alimentos y mal manejo de residuos orgánicos proviene de los hogares, el 26% de servicios de comida como comedores y restaurantes, y el 13% del comercio. Nicaragua no escapa a esta tendencia, lo que incrementa la urgencia de reducir el desperdicio.

“Reducir el desperdicio es cuidar el medio ambiente, es cuidar la madre tierra”, agregó..