FOTO: JORDANIA BLANCO | VOS TV

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De farmacodependiente a inspirador de vidas


“El alcoholismo y la drogadicción son una epidemia, una línea invisible que ni te das cuenta cuando ya te metiste, pero solo los valientes reconocen que verdaderamente necesitan ayuda”.

Nataniel Tercero, un joven de 25 años cuyos sueños y metas se desbordaron al entrar al mundo del alcoholismo y la drogadicción, mismo que lo llevó a cometer actos impensables con tal de conseguir para el consumo diario.

Eran fiestas tras fiestas, a tal punto que su vida se descontroló por completo, “llegué a pesar 100 libras, pasé días durmiendo en la calle, mi barba estaba enorme, días sin comer, días sin bañarme”, expresó Tercero.

Ya su vida era un completo caos, la familia y la sociedad le daban la espalda, realmente no veía salida a su problema, exalta el joven con fuerte voz.

“Para el doctor de doctores podés ser sano”

Tercero relata que la última vez que consumió, lloró tanto de la impotencia, salió de un bar hacia la casa de su papá, al llegar se desmayó, fue allí cuando reconoció por primera vez que necesitaba ayuda, pues ya se sentía completamente derrotado.

Su vida empezó a dar un giro completo, aún bajo los efectos de dichas sustancias, tras varias hospitalizaciones y hemorragias en sus fosas nasales por la cocaína, solo recuerda que le pidió a Dios poder salir de esa situación que estaba acabando con su vida, “No sabía orar, solo le dije que quería cambiar, que por favor me ayudará”, expresó Nataniel.

“Cree para crear”

Pasó mucho tiempo en Alcohólicos Anónimos (AA), relata que el trato no era nada bueno y ponía de su parte todos los días, porque sabía que podía lograrlo. Soñaba en crear un centro de rehabilitación para jóvenes que sufren de diferentes adicciones, realmente deseaba vivir para servirle al todo poderoso y ayudándole a los demás.

En el proceso de rehabilitación su familia le visitó, se quebrantó completamente cuando le prometió a su abuela que nunca más iba a volver a consumir, lo más difícil en ese momento era recuperar la confianza y credibilidad de su propia familia.

Nataniel es uno de los alumnos más destacados de la carrera de Psicología Clínica

“Mi padre me dio unas tierras para sembrar, decidí que allí fuera el centro de rehabilitación, él me apoyó con la construcción y lo que necesitaba para empezar a ayudar a los pacientes”, expresó Tercero.

Destaca que “Don Divino” fue un sueño que vivía persiguiendo desde que empezó su rehabilitación, pasó planificando las palabras de inauguración, llegó el día y solo lloró de felicidad, satisfacción y mucho orgullo, todos los invitados también lloraban y dio gracias a Dios por haberle ganado la batalla al alcohol y a las drogas.

Actualmente el centro de rehabilitación Don Divino está ubicado en La Garnacha, Estelí, tiene 3 meses de servicio y actualmente el centro apoya a 18 hombres y 2 mujeres, entre edades de 14 a 55 años. Con un horario lleno de actividades entre ellas reflexiones, talleres de recuperación personal, terapia ocupacional, entretenimiento, su alimentación es primordial y sus visitas son los días domingos. El centro no cuenta con fondos ni aporte de ninguna institución, únicamente se mantiene con ingresos del fundador y “con la voluntad de Dios”, explicó su director, entre sonrisas.

“Aunque el alcoholismo y la drogadicción sean realmente dañinos, difíciles de superar, les digo a los jóvenes que sí existe una segunda oportunidad, Dios tiene grandes y hermosos propósitos para nuestras vidas, él tiene el control de todo y solo necesitamos disponernos a cambiar y ser mejores”, concluyó Nataniel Tercero.