Foto Cortesía

Foto Cortesía

Baly Chavarría, una joven con discapacidad con gran talento en la cocina y las manualidades

Una joven con síndrome de Down que lucha día a día por salir adelante, hoy te compartimos la historia de Baly Chavarría.


Baly Chavarría es una joven con síndrome de Down y discapacidad intelectual originaria de Jinotega a quien le gusta realizar manualidades y elaborar repostería.

“Mi esposo y yo anhelábamos tener una niña porque nuestra primera experiencia como padres fue con un varón. Yo me embaracé y estábamos muy ilusionados esperando a nuestro bebé sin saber que Dios nos cumpliría el deseo. Cuando nació Baly, los médicos me dijeron que no había llorado y se la llevaron a neonato. Al darle de alta, me percaté que no podía succionar leche de mi pecho, ni se movía lo cual nos preocupó mucho”, cuenta Brenda Rodríguez, mamá de Baly.

A Baly la atendieron varios médicos quienes le diagnosticaron deficiencia en su desarrollo, uno de ellos la remitió a Los Pipitos y en este centro recibió atención temprana. Al trascurrir los años se involucró en varias actividades como la danza, el deporte, las manualidades y hasta la cocina.

Elaboración de maceteros

Actualmente, Baly es una joven de 26 años.

Quienes la conocen la describen como una persona carismática, conversadora, amistosa, alegre y con deseos de aprender nuevas cosas. En Los Pipitos es una de las más activas en los talleres de manualidades, y se destaca en la elaboración de maceteros.

Los Pipitos, en conjunto con el Proyecto Aprendo & Emprendo, trabaja en brindarle a estos jóvenes herramientas que le permitirán potenciar sus distintas habilidades.

“El objeto de nosotros es que ellos aprendan a elaborarlas (los maceteros) y en un futuro tengan su negocio”, indica Fátima Herrera, coordinadora del Capítulo Los Pipitos Jinotega.

Baly comparte que el material principal que utiliza para elaborarlas es cemento. Tiene la medida que debe usar y el molde para que le quede perfecto.

Sus hermanos comentan que por el momento no está vendiendo ninguna de sus creaciones, sino que prefiere esperar a que Los Pipitos realice una feria de emprendedores para ofertarlas.

Su otra pasión: cocinar

La mamá de Baly cuenta que cuando ella culminó su primaria, tuvo temor de matricularla en secundaria para que continuara con sus estudios. Como toda madre, no quería que la lastimaran y aunque Baly insistió en ir, no convenció a su mamá.

Brenda prefirió mantenerla ocupada, entretenida o practicara algún oficio que le ayudara a salir adelante, ser independiente y tener su propios ingresos económicos. Por ello, decidió inscribirla en 2018 en la Escuela Técnica Luis Valencia para que aprendiera a preparar diferentes platillos y repostería.

Ella siempre se integró al trabajo en equipo. Es muy honesta y responsable. Prestaba atención y cuando no podía anotar algo, le decía a una compañera de clases que le ayudara para no olvidar los ingredientes”, explica Azucena Meza, docente de la Escuela Técnica Luis Valencia.

Cuando culminó el curso de cocina básica se dedicó a deleitar a sus padres y hermanos con deliciosos platillos.