
Laura Vílchez
De la docencia a la elaboración de rosquillas
Inició desde hace 43 años con este negocio que le ha permitido sacar adelante a su familia.
El aroma a maíz tostado invade las principales calles del municipio de Santa Teresa y el movimiento de los sartenes es visible en la vivienda de doña Marlene Chávez, quien emprendió desde hace 43 años con un negocio de rosquillas que le ha permitido sacar adelante a su familia.
“Empecé a trabajar en las roquillas de la edad de 20 años, trabajaba como docente y en la elaboración de rosquillas. Ya llevo 43 años haciéndolo, me ha permitido sacar adelante a mis hijas y tener una mejor economía en el hogar”, expresa.
Su faena diaria empieza desde muy temprano y tiene la ayuda de cuatro personas.
“Voy al molino a las 4:30 am, luego vengo a revolver la masa, y después a pelotear para elaborar las rosquillas”.
Su día a día
A diario elaboran 26 sartenes de rosquillas, además 8 sartenes de viejitas y otros 8 de empanaditas, las cuales son distribuidas en diferentes partes del país.
“Me compran gente de Diriamba, San Marcos, Jinotepe, Granada, Nandaime, asegura”.
Una de las principales metas de esta emprendedora es dar a conocer su producto en los principales mercados del país.
“Quiero sacar mi producto a los supermercados, aumentar el negocio y creo que con la ayuda de Dios lo voy a lograr, expresa”
Asegura que el secreto de una buena rosquilla es el queso y lo que hace a las rosquillas tereseñas diferentes de las otras es que son horneadas en hornos artesanales.
“La rosquilla siempre está caliente y eso es lo que les atrae a las personas, que siempre están calientitas acabaditas de hacer, explica”.
Doña Marlene, hace una invitación a la población en general para que visiten Santa Teresa y degusten de unas sabrosas rosquillas.