Francis Cano junto a su esposo y su hijo menor. / Foto: Josthin Díaz

Francis Cano junto a su esposo y su hijo menor. / Foto: Josthin Díaz

Francis Cano, la mujer que a punta de barro sacó adelante a sus hijos

Su talento como artesana, es un legado familiar que heredó de sus papás y que dejará a sus hijos.


En el corazón de San Juan de Oriente, entre los verdosos y frondosos árboles, el clima fresco y la vista espectacular de la Laguna de Apoyo, se ubica un taller, en donde el barro cobra vida en manos de Francis Cano Gutiérrez, de 50 años.

A punta de moldear el barro en distintas figuras y estilos, así como una variedad colores, pinceles, el torno y esa pasión por transformar la arcilla, su vida ha transcurrido, en ese hermoso municipio, donde el trinar de los pájaros le pone alegría a su espacio.

Relata que desde niña tuvo esa conexión especial con la arcilla, misma que durante más de 30 años la ha acompañado y ha sido parte de sus logros, como artesa, madre y esposa.

“Mi taller tiene un legado familiar, de mis abuelos a mis papás, ahora es la tercera generación conmigo y una cuarta con mis hijos, si Dios lo permite”, cuenta a Vos TV.

Menciona que trabajan muchas líneas diferentes desde decorativa, utilitaria, creaciones libres y las piezas personalizadas que piden los clientes.

Un taller familiar

Esta mujer de tez morena, carácter humilde y manos trabajadoras, ha convertido su taller familiar en un punto de encuentro entre tradición y creatividad, donde cada pieza lleva no solo formas, sino también memorias.

“Nací en la cuna del barro, soy 100% artesana”, dice con orgullo. Desde los 12 años, se ha mantenido fiel al torno, al sol que seca las piezas, y a la paciencia con la que moldea cada figura.

Su vida ha sido el barro y en él ha encontrado una manera de contar la historia de su gente.

En su taller se elaboran desde jarrones en todos los tamaños, hasta cerditos alcancías, gallinas de cocina, angelitos, rosas para el Día de las Madres, y corazones de pared que adornan hogares con alma.

“Sacamos productos que van con las tendencias, si es Navidad, cosas propias de la temporada, de las madres y recibimos encargos para fechas especiales, como recordatorios, es una variedad bastante amplia que tenemos los artesanos”, menciona.

El trabajo en el taller es familiar, dice Cano. “Somos cuatro hermanos, uno se dedica a hacer maceteras, mi hermana a hacer gorditas, los cuatro somos torneros, que es algo muy importante”, dice y asegura que es un orgullo mantener este legado cultural porque los ha llevado más allá de nuestras fronteras.

“Aunque mis hijos estudien, yo les inculco que deben aprender este arte, porque es parte de nuestra cultura ancestral”, apunta.

Hace 12 años viajó a Nueva York, representando a Nicaragua con una pieza geométrico, que no solo representó su talento, sino también la riqueza artística de todo un pueblo.

“Me sentí orgullosa de llevar conmigo la cultura de San Juan de Oriente, esa que nos identifica internacionalmente”, recuerda emocionada.

Este negocio está ubicado en San Juan de Oriente, en la calle Cardenal.