La historia de Jerome Medina, el barbero altruista de Tipitapa
Además de los cortes gratuitos, también entrega ayudas, gracias al apoyo de sus seguidores.
En el municipio de Tipitapa, en Managua, hay un joven que se ha ganado el corazón y la admiración de muchos de sus habitantes. Se trata de Jerome Medina, quien ha hecho de la barbería mucho más que un oficio, ya que a través del mismo realiza obras altruistas.
"Cuando yo empecé en la babería hubo muchas personas que se prestaron para que aprendiera y como yo siempre he tenido ese corazón de ayudar a las personas, entonces cuando yo miraba a un señor que andaba vendiendo en las calles y con el cabello largo, se lo recortaba gratuitamente", relata Jerome, que a diario se moviliza en su bicicleta por las calles de Tipitapa para llegar a su trabajo.
Asegura que se siente muy bien hacer este tipo de obras. "Significa mucho, hay muchas personas que no se ponen en el zapato de las otros, esto lo hago de corazón, sin ningún beneficio, ni nada y con el único motivo de ayudar a las personas que son de escasos recursos y que no tienen para un corte de cabello".
Recuerda como que fue ayer, las muchas necesidades que pasó cuando era niño junto a su familia. "Pasamos muchas necesidades, imagínate dormir cuatro personas en una misma cama, a veces le llorábamos a mi mamá de hambre y cosas así, entonces al recordar esto, busco ayudar al prójimo".
Con la solidaridad de otras personas
Pero su historia no termina en la barbería. Gracias a las redes sociales, muchos de sus seguidores lo apoyan económicamente, lo que le permite ir más allá, desde entregar canastas básicas, bicicletas y pequeños detalles que cambian vidas. Así, un simple corte se convierte en un puente para que otros también se sumen a ayudar.
De lograr más apoyo de la comunidad, aspira llegar a cosas más grandes para el neceisitado. “Solo el que tiene un buen corazón entiende la alegría de ayudar, uno sabe los golpes de la vida, desde chiquito mi papá me llevaba a trabajar, ahora yo veo a los niños que caminan con su papá vendiendo en las calles y me identifico con ellos”, afirma.
Su jornada comienza temprano, a las 7:00 u 8:00 de la mañana y termina de noche, trabajando duro para sostener su vida y, al mismo tiempo, seguir tendiendo la mano a quienes más lo necesitan.
Recuerda sus inicios cuando hizo por primera vez TikTok, gracias a la idea de un cliente. "Surgió debido a un cliente mío, una vez yo estaba rasurando a un señor y él miro que yo no le cobré y me preguntó porque no lo hice. Le dije: prix mirá, porque a veces ellos en vez de invertir en un corte, lo ocupan para sus frijolitos, tortillas, el arroz y yo me pongo en sus zapatos, no les cobro", recalca.
El mensaje de Jerome a los jóvenes es claro, "no hace falta tener mucho para compartir". Un detalle, por pequeño que parezca, puede transformar la vida de alguien. Y aunque no tiene un local propio, ya que alquila junto a sus compañeros, espera algún día tener su propio espacio.
“Jesús es verbo, no sustantivo, así que mi gente tenemos que accionar, y no basta con hablar de amor al prójimo...”, finaliza.