Imagen para fines ilustrativos / Cortesía.

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Vacunas contra el Covid-19, una carrera que se ganó en tiempo récord

Los británicos son los primeros ciudadanos en el mundo en recibir una vacuna contra esta enfermedad.


La crisis sanitaria que desató la pandemia del Covid-19 generó una carrera contrarreloj de las compañías farmacéuticas para encontrar una vacuna para esta enfermedad. En menos de un año, la ciencia con ayuda de la tecnología logró desarrollar al menos 40 vacunas que ahora están en fase clínica de prueba con seres humanos y 11 vacunas que ya están en su tercera fase como la de Pfizer y BioNTech, o la Moderna, que pronto podrían ser aplicadas en seres humanos de forma masiva.

Los británicos esta semana fueron los primeros en el mundo en recibir la vacuna contra el Covid-19, desarrollada por los laboratorios Pfizer junto con la alemana BioNTech que según sus creadores tiene un 90 por ciento de efectividad.

La vacuna que desarrolló laboratorios Moderna tiene una eficacia de 94.5 por ciento contra el virus y podría estar lista en pocos días.

"Vamos a tener una vacuna que puede detener el Covid-19", aseguró Stephen Hoge, presidente de la empresa farmacéutica.

Para testear la vacuna, Moderna realizó un ensayo en más de 30,000 personas aplicándoles la mitad de la vacuna y la otra mitad de placebo. De acuerdo a un comunicado de prensa emitido por la farmacéutica, 7,000 personas eran mayores de 65 años y 5,000 eran más jóvenes si bien con enfermedades crónicas vinculadas a un mayor riesgo de contagio por el Covid-19, para un total de un 42% de grupo de riesgo.

El siguiente paso es que estas dos primeras vacunas que se encuentran ya en tercera fase tengan el visto bueno de organismos internacionales y especializados como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), para poder ser aplicada de forma masiva.

El costo de la vacuna de Moderna sería de US$28 dólares, unos 21 euros y las dos dosis se deben aplicar con 28 días de separación según detalló el director técnico de la compañía, Juan Andrés, en declaraciones al diario El País.

Si Nicaragua optara por una de estas dos vacunas, se debe garantizar que se cumpla rigurosamente con la cadena de frío que requieren para su almacenamiento, señaló el epidemiólogo Leonel Argüello del Comité Científico Multidisciplinario.

“Es importante que garanticemos su correcta conservación, una vez que se importen al país (las vacunas), el Ministerio de Salud las recibe y las lleva a unas bodegas centrales donde hay unos congeladores y refrigeradores que son del tamaño de un cuarto de una casa grande y ahí se almacenan. Cuando viene el proceso de vacunación en el país, se trasladan (las vacunas), ese traslado también se hace en vehículos refrigerados hacia los diferentes Silais, departamentos y regiones del país”, explicó.

Agregó que en cada unidad de salud donde se trasladen las vacunas se debe contar con estos congeladores especiales y generadores de energía o planta eléctrica para garantizar el funcionamiento de estos sistemas de refrigeración y la estabilidad de las vacunas.

Los efectos adversos posibles de las vacunas de Pfizer y Moderna de acuerdo a las investigaciones son leves y se reportaron en un 30 por ciento de los voluntarios que participaron en las pruebas quienes presentaron malestar general, dolor en el brazo, enrojecimiento, náuseas y cefaleas.