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EE.UU. aprueba finalmente la tercera dosis de Pfizer para mayores de 65 años

60 millones de estadounidenses podrán ponerse la dosis de refuerzo de Pfizer


Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) dieron esta madrugada luz verde a la tercera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech para los mayores de 65 años y personas en situación de riesgo.

La decisión de la CDC avala las recomendaciones previas de la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés) que había aprobado su uso con estos límites.

"Creo que podemos servir mejor a las necesidades de salud pública de la nación ofreciendo dosis de refuerzo para los de mayor edad, las residencias de ancianos, la gente con condiciones médicas previas, y para los adultos con alto riesgo por su exposición por ocupación a la Covid-19", señaló Rochelle Walensky, directora de los CDC, en el comunicado.

Sesenta millones de estadounidenses podrán ponerse una dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer, según anunció este viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien señaló que veinte millones pueden acceder ya a esa dosis porque hace ya seis meses que recibieron la inmunización.

En un discurso en la Casa Blanca, Biden señaló que este es el número de personas que pueden acceder a la tercera dosis de Pfizer entre los mayores de 65 años, los adultos vulnerables con enfermedades como diabetes u obesidad y trabajadores que tienen mayor riesgo, como sanitarios, profesores o empleados de tiendas de alimentación.

Biden, que anunció que se pondrá en cuanto pueda la tercera dosis, insistió en pedir a los estadounidenses que aún no se han vacunado que lo hagan cuanto antes.

La de Pfizer/BioNTech es la única vacuna que cuenta con aprobación total para su uso por parte de la FDA, ya que las otros dos disponibles, las de Moderna y Johnson & Johnson, cuentan con autorización de emergencia.

Actualmente, el 64 % de la población estadounidense se encuentra vacunada con la doble pauta, y el ritmo de inoculación se ha ralentizado en los últimos meses, lo que ha elevado la preocupación entre las autoridades sanitarias.

En las últimas semanas, EE.UU. registra una media de en torno a 150.000 contagios diarios y cerca de 1.500 muertes, cifras no vistas desde el comienzo del año.